domingo, 13 de septiembre de 2015

EL MÉDICO RURAL



                                                   UN MÉDICO RURAL

Publicado en El Heraldo de Huesca el 12-enero-1.999

 

                   Al Dr. Lascorz , médico titular de Tolva, herido gravemente en la cabeza por un paciente psicópata

                                                                                                           

 

 

    

El médico de su pueblo había sido un hombretón respetado, querido y totalmente solubilizado en el cargo. Era maravilloso verle hacerse con la situación desde el umbral del dormitorio de cualquier enfermo mientras liaba pausadamente su cigarro de picadura y decía a la vez: “señora, tranquila, que la ciencia está haciendo todo lo humanamente posible; si el paciente se ha de salvar, se salvará”.

Asombraba su elocuencia y su extraordinaria capacidad profesional. Él, siempre decía que solamente se le morían las personas justas. Bueno, las justas y siempre las mejores, según rezaban los tópicos sermones responsariales de D. Pedro, el cura párroco.

Un médico de cuerpo cabal y de mil vidas, puesto que como todo el mundo sabía, era capaz de ponerse enfermo ante cualquier enfermedad de sus pacientes y que se recuperaba cuando ellos lo hacían, participando siempre de su sufrimiento. Así evitaba la rutina, pensaba, mientras desarrollaba más su arte y su instinto, por la cuenta que le traía.

Y aquel estudiante de medicina que había soñado en ser como él, al acabar la carrera, allá por los años setenta, cogió su acartonada maleta y se dirigió a un pueblo de los Montes de Toledo, El Campillo de la Jara, en donde aún a todos los muertos los sacaban a hombros por muy mal que lo hubieran hecho.

Llegó dispuesto a cultivar sus propios errores y a practicar la caza, su afición favorita. Todo un triple salto mortal sin red, eso de pasar del Hospital Provincial a Las Hurdes toledanas, casi la selva africana.

Había leído que un ámbito pequeño era el ideal para escrutar mejor los mil rincones patogénicos de la vida de cada paciente y pensaba que con un poco de prestigio profesional conseguido en base a llevar limpios los zapatos y no embriagarse, todo podía llegar a ser sencillo.

Así es que comenzó a ejercer en una incuriosa consulta, palideciendo y adelgazando como un preocupado enamorado ante cada nuevo caso clínico, sin dejar de pensarni un momento en los mil síndromes raros de la patología médica y quirúrgica que el buen Dios le podía tener reservados para hundirlo. Hasta que a los pocos días le llegó el primer mensaje tranquilizador de parte de su quintacolumnista, su cobrador de igualas, que en gloria esté.

Don Nicasio, Vd. tranquilo, que la gente está muy contenta, que eso de dar la cifra máxima y la mínima de la tensión ha sido una cosa revolucionaria, porque todos los médicos anteriores solo daban la máxima. Eso sí, una cosa debería de evitar, si se me dispensa : dice el pueblo que lo ven estudiar por las noches a través de rendijas de la ventana. Y eso, mire Vd., dicen que es malo, porque debe de ser que no se lo sabe todo; que D. José Luis, el anterior, no estudiaba y apenas se le moría nadie, solo los que se le ponían realmente enfermos.

   Tomo nota, tío Bienvenido. Nunca, nadie más en adelante podrá decir que me ha visto estudiar. Guardaré las formas.

  Así es que al día siguiente se apresuró a tapar las malditas rendijas e intentar descifrar las claves del nuevo estatus social logrado: ser médico, aquella cosa casi sagrada, de orgulloso anagrama pegado en la puerta domiciliaria y en el coche, hoy lamentablemente desaparecidos.

A descifrar las claves y a aplicarlas, porque se daba cuenta de que era en el pueblo un personaje importante, como un feto valioso, el muerto de cualquier entierro o el niño de cualquier bautizo, vamos. El centro de todas las miradas, por lo que…

-----No debería de ir en bicicleta a la visita domiciliaria, por aquello de lo del médico pobre y el pobre médico Hipocrático.

-----Debería de darles el cariño que algún otro compañero les había negado, alegándoles que que aquello no entraba en la simple cartilla de la Seguridad Social, para administrarlo con cuentagotas y generosamente, solamente a aquellos que pagaban una igual aparte. Caprichos de la miseria humana.

-----Debería también a apresurarse a aprender una pazguata terminología médica, una nueva jerga que nunca antes nadie le había enseñado. A hablar al paciente con palabras sencillas, para hacerle entender todo lo que le pasaba, porque Marañón le había enseñado que ese era el primer paso para curarse.

Así es que cuando se encontraba a alguien aquejado de irrealidad, aprendió rápidamente a hacer sutiles e inteligibles diagnósticos como aquél de …”Vd, tranquilo, que lo que tiene es sistema nervioso”, para a continuación enseñarle a vivir y a no desesperarse. Oyendo siempre sus explicaciones como parte casi única e integral de la terapéutica, evitándole así las malas noticias, los picantes pimientos de Padrón del alma, para acabar aconsejándole como en el Ayurveda( la guía hindú de la vida)…”un paseo a primera hora de la mañana y tomar el sol”.

Y si se le ocurría morirse. Porque había decidido rendirse o simplemente veía como Larra que la cosa no merecía la pena, entonces, en el magro sueldo entraba el que como médico de cabecera debería de estar allí a su lado en la hora final, procurándole el que la boina, entre otras cosas, estuviera debidamente colocada en la cabeza, para evitarle llegar acatarrado al otro mundo. Ayudándole así a hacer el sublime tránsito sin mayores aspavientos, acostumbrados como estaban a haber hecho de la continuada desdicha un miembro más de la familia durante toda su bronca vida, un espinoso camino entre el que habían tenido que buscarse los garbanzos de uno en uno.

Años después vendría lo de la medicina tecnificada y de equipo, un nuevo oficio de a ocho horas diarias, y muchas de aquellas mágicas cosas se perderían para siempre, generándose profundos abismos en la relación médico- paciente, añoranzas tan grandes como la mía y terribles sucesos como el acontecido el otro lamentable y terrible día al Dr. Lascorz, al que deseo una feliz y pronta recuperación.

 Y es que la moderna antipsiquiatría hace años que dejó casi vacíos los manicomios.

Que el buen Dios nos proteja a todos.

 

Luis Manuel Aranda

Médico- Otorrino

 


MORIR EN EL ESTRECHO



                                                                        Morir en el Estrecho

                         Del Diario del Altoaragón---2 de sepbre de 1.998

 

“Si tras la travesía no nos despertamos, no hay problema…el paraíso nos puede esperar. Y si nos despertamos tampoco, porque peor que en esta vida no vamos a estar”…Epicuro

                                                                                                   

Son las cuatro de la tarde de un día cualquiera de julio en Marruecos, allá en la periferia de La Medina, en el barrio viejo de Marraquech y Abdeslam viene de cumplir con sus muchas horas de trabajo. Curte pieles y sus hinchados pies traducen su baño permanente en una dilución de sosa caústica. Todo sea por las quince mil pesetas/mes, el solo pan de cada día, dice él y su numerosa familia, mientras soportan los 47º bajo la chapa de su pobre chabola, quemada por la luz y sofocada por el viento. Su único patrimonio, junto a una antena de tv.parabólica construida con latas de la Shell y regalo de un vecino manitas. Por ella están viendo un anuncio de un cuerpo Danone, hecho como los suyos a base de pasar hambre-¡qué ironía!; anuncio al que sigue otro que les dice que es posible encontrarse a la Claudia Schiffer en coche por cualquiera calle nuestra.

Los signos tópicos de un mundo feliz y las nefastas historias para estupidizarnos a todos.

Mientras, por el ventanuco entran los aires fétidos que emanan tanto de su abigarrado vecindario como de gran parte de su maloliente clase política, así como el sonido de la mezquita recordándole que es la hora de la oración…el único recurso posible para pensar en un mundo feliz, adonde irá si sigue siendo bueno y obediente en aquél valle de lágrimas. Vuelve de ella y mira de soslayo a sus numerosos hermanos, tan hijos del hambre y la desesperanza como él mismo y piensa que tal vez, lo malo no sea el haber nacido pobre, sino el haber continuado siéndolo generación tras generación.

Medita, pues,  sobre las puñaladas que les lleva dadas la hambruna y acerca de la vida de súbdito-siervo que lleva, nada equiparable a lo que ve, a todo nuestro ejercicio europeo democrático de pleno derecho.

Piensa en todo ello y en todas las potencialidades de nuestro país, un perfecto camino ancho y limpio, tanto en lo político como lo social y en donde cualquier electricista necesitado puede incluso llegar a ser ministro de cualquier cosa.

Mira a sus cuatro ovejas y envidia su suerte, preocupadas solo por la hierba que han de pacer en el momento. Con su débil conciencia, tomando la vida como les viene, tan aclimatadas, tan conformadas.

Y acaba enfadándose con sus padres cuando a diario tiene que oirles que el secreto de la sabiduría y la felicidad está en callarse y cultivar el huerto, cumpliendo la callada y diaria tarea, sin ocuparse de otra cosa.

Pero él no ha cultivado la fe de ellos. Además, oyó que el otro profeta de los cristianos, el gran Jesucristo, dijo que el Reino de Dios, debería de estar aquí, entre nosotros, mientras que en el Corán leyó una Sura que decía aquello de …”después de atravesar siempre una larga noche, al final aparece el alba”.

Es joven, lleno de avilantez y no encuentra respuesta lógica a la sinrazón de su estado, pero sí sabe que cada edad debe de tener su dignidad y, compelido por todo ello, coge los magros ahorros de toda su familia y acaba por volverse loco, harto de soportar la resignación de su perezosa raza, un pueblo de camellos más prestos a vivir de rodillas que a ir en pos del agua prometida.

Por todo ello, al final, con un pobre macuto lleno de incierto destino, se embarca rumbo a la más pronta cercanía…hacía  Tarifa, desconociendo que va hacía un paraíso entre dos mares, como reza su eslogan.:”la mare que parió al levante y la mare que parió al poniente”. Y, entre levantes y ponientes zozobra tras una travesía con el corazón llorando entre las cerradas manos, flotando como un pétalo-patera, mientras solo piensa en vengarse de tanta injusticia, tristeza y miseria.

Atrás van quedando 14 Km. eternos, vividos a la luz de la luna, divisando Punta Carnero y aledaños, un paisaje duro, pero lleno de aspiración infinita.

El Estrecho, el gran muro entre dos mundos, tan próximos en la distancia como distantes en el espíritu y un auténtico cementerio sin cruces, con sus ya miles de lápidas en nuestro solo recuerdo, llenas de héroes trágicos que encarnan todas las tensiones y miserias de su mundo.

Sepulcros que algún  caerán de lleno sobre las cabezas de sus dirigentes y que ya diariamente caen sobre la confusa y adormilada conciencia de nuestra sociedad, exiliada o transterrada como todos nosotros de nuestro pasado histórico, tan preñado de emigración que hasta dio nombre a la llamada Tercera España, la de la diáspora.

Ispaniiia…Ispañóó…amigo…Real Madríí…Amavisca. Palabras entrañables que siempre quedarán en el recuerdo tras un viaje por Marruecos, un pueblo sonriente y generoso, como solo los pueblos humildes saben serlo.

 

Luis Manuel Aranda

Médico- Otorrino

 

 

LOS RIESGOS DEL MÓVIL



                                              LOS RIESGOS DEL MÓVIL

Dícese que todos estamos corriendo desproporcionados riesgos por eso, por tener una prima de riesgo inmoralmente elevada. Cosas de la corrupta democracia, pudiera ser.
Con Franco, aquél que tenía una prima con riesgo que pudiera poner la honorabilidad de la familia en entredicho, lo tenía claro, se la invitaba a que se fuera del pueblo, que se fuera a” hacer los Madriles”, y si la mushasa, como dicen por Málaga, tenía un poco de suerte, hasta podía acabar siendo la dueña de una cadena de distribución de almejas, por ej.
Pues bien, no acabamos de salir del susto proporcionado por dicha prima cuando nos aparece otro aún más gordo y provocado por lo que el Míster nos acaba de colgar…el daño ocasionado por los móviles.
Es público y notorio ya algo que todos hemos podido comprobar…el infierno no es el fuego eterno: el infierno es el tener que viajar al lado de un tonto con un móvil o el tener que mantener, que pagar, los miles de aparatejos de nuestros políticos, por ej.
Anda…¡que tienes más peligro que un mono con un puñal o que un político con un móvil!.La ruina de cualquier presupuesto municipal.
La humanidad tardó siete siglos en cortar eso de la salvajada del circo romano y otros tres en liquidar el divertimento de la Inquisición.
Lo del tabaco también lo sabemos. Quinientos años han pasado hasta que los primeros humanoides se dieron cuenta de que ,lentamente, las tabacaleras los habían ido envenenando poco a poco y comenzaron con sus demandas legales.
Y como la historia se acaba repitiendo siempre y no por eso acabamos de aprender, pues ahora pasa lo que pasa: la humanidad se ha dotado de un nuevo método de destrucción masiva a la que estamos ajenos el común de los mortales.
Y es obligación tanto profesional como moral el advertir de lo que está ocurriendo. Hay un indudable recrecimiento de los tumores cerebrales. Es cierto. En mi especialidad, ORL, hasta hace cuatro o cinco años, acostumbrábamos a tomar pocas precauciones ante un joven con acúfenos( ruidos de oido). Pues bien, eso está cambiando a pasos agigantados.
Personalmente no había diagnosticado un NEURINOMA del N. ACÚSTICO desde hacía veinte años y sin embargo, lamentablemente, ahora, extremamos y ponemos en marcha la Resonancia  Magnética diagnóstica del conducto auditivo interno en cuanto se nos presenta un joven con dos o tres síntomas en la dirección de ese posible diagnóstico.
La consecuencia: cuatro casos ya felizmente diagnosticados y operados…Así es que el buen entendedor debería, cuando menos, tomar las mínimas precauciones que nos aconsejan los expertos.
¿Cuánto tiempo tardaremos en demostrar tajante y fehacientemente que navegamos todos los días por un proceloso mar de ondas electromagnéticas muchísimo más peligrosas que las del Cabo de Hornos?.

Un abrazo desde esta Huesca tan lejana. FELICES DIAS a todos los sabiyutos de buena voluntad y que el próximo 2.012 venga con una cesta bajo el brazo llena de auténticos brotes verdes.