lunes, 26 de enero de 2015

Consideraciones Servetistas



CONSIDERACIONES SERVETISTAS

Constituyeron la esencia de su personalidad, de forma que su parecer sobre todo lo humano y lo divino definieron y agigantaron la figura por los siglos y siglos de nuestro paisano y querido Miguel Servet. Y opinar, en aquél contexto histórico del siglo dieciséis , en que la sociedad civil estaba enferma, sin peso alguno, con la Inquisición y sus mil delatores asomados a cada esquina, casi como ahora, prestos a denunciar a quién se intentara fumar aquello de que Dios era un Hombre con tres cabezas, un Trinitario Ser, convendrán conmigo que suponía tener el coco o muy bien amueblado o muy “volátil”, como dicen los de Ibieca. Era muy peligroso meterse en Trinidades, amables lectores. Pero “Serveto”(apodo), era sin duda un hombre valiente y genial, de conciencia libre, que supo poner la libertad en el frontispicio de su vida como valor sustancial e innegociable .¡Y así le fue hasta su terrible final, a manos de otra Inquisición que mataba como la nuestra, para mayor honra y gloria de un Dios piadoso, perdonador, etc, etc.!...¡Dios mío, en la hora de mi muerte, líbrame de un médico trabajador, dijo un sabio filósofo, y en los días de la terrenal existencia, de un fanático pegado a  nuestra vera, clama uno!
Yo ya conocía todo esto antes de llegar destinado a Huesca, allá por el año 1.976, porque tanto R.J Sender  como Stefan Zweig en su”Castellio contra Calvino” me lo habían contado. Lo mismo que me había presentado, Sender, a Félix de Azara, el que para la mayor ciencia y conciencia de los vegetarianos descubrió, entre otras cosas, la sensibilidad de las plantas y vegetales así como sus reacciones en presencia del hombre. Y también  me había hablado con pasión de Cajal, Baltasar Gracián o Goya. Aragoneses muy satisfechos de sí mismos por “estar adornados de una sinceridad directa y sin escrúpulos, y con una tendencia natural a la generosidad”.
Pues bien, a pesar de mi antedicha vinculación emocional y profesional  con Servet, por aquello de la circulación menor, he de confesar, con cierta culpa, que he vivido ajeno hasta ahora al Instituto de Estudios Sijenenses Miguel Servet, a pasar de ser casi “quintos “ en nuestra trayectoria vital; pues era el año 1.976 cuando mientras él nacía en Villanueva, yo desembarcaba con mi familia  y mis ilusiones de futuro en esta mi patria de adopción, extrusado desde mi querida Andalucía. Caprichos de las oposiciones.
Y aunque sus Capítulos Fundacionales me eran conocidos por la prensa, aquello de que el recién nacido fuera mecido en los entonces brazos de políticos importantes como Hipólito Gómez de las Roces o de Pablo Paños, entonces Gobernador civil de Huesca, he de confesarles que me apartó de la idea de hacerme cofrade, porque siempre he desconfiado de aquellas cosas  que pastoreadas por políticos, puedan llegar a ser tributarias de ordeño o vendimia propios, llegado el caso.
 Y en este divorcio mental me encontraba hasta hace pocos días en que un amigo me invitó a asistir a su asamblea anual, con un sencillo recurso dialéctico…”anímate, hombre, que verás reunidos como nunca  a la mayor cantidad de intelectuales por metro cuadrado. Que hasta hay catedráticos y todo: las profundas y auténticas fuerzas Vips de Aragón. A muchos “aristoi”, a los mejores, a la base de la “aristocracia”, que diría el gran Platón. A personas librepensantes que han decidido estar en comunión con la libertad de conciencia y expresión de Servet, como antídoto contra cualquier poder y sus potenciales abusos. Admiradores, sin duda, de aquello de que “para formular conjeturas válidas, la mente debe hallarse libre de toda influencia extraña”…(del Discurso de la astrología Servetiana.)
Pero habiendo visto lo que ví en dicha reunión, tanto al Sr. Alcalde de Villanueva como al Director general de cultura de la DGA abduciendo al Instituto bajo la férula de la subvención, viene todo lo anterior al cabo de mi reflexión final, a mi pobre consideración de hombre libre, tan en la línea de otras consideraciones más sublimes de nuestro amado Servet. ¿Pero como se puede rehabilitar el espíritu de Servet haciéndolo complaciente y armonioso con el poder de turno?. Un verdadero contradiós o una auténtica cuadratura intelectual del círculo, sí señores. Y perdonen por adelantado mi caústico juicio de valor.
Sé que guardar el equilibrio necesario, en esta como en casi todas las cosas de la vida, es muy difícil, cosa que hasta saben muy bien las ballenas, que si se sumergen más tiempo del debido se ahogan, pero que si están en la superficie largo tiempo también, pueden ser tiroteadas o molestadas por los turistas. Así es que ante la ya mayoría de edad del Instituto, solo me queda, si me lo permiten, el desear el estudio de la posible futura ruptura del cordón umbilical con los poderes que tan encantados están de poder preñar con subvenciones a la Cosa. Que es ley de vida , ya lo saben, aquello de matar psicoanalítica y simbólicamente al padre para poder crecer sin cortapisas. Porque en palabras del famoso Salmo, ya me dirán…”Si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los albañiles”.Dicho sea todo lo anterior con el cariño y respeto a la historia, intenciones y fines de esa digna Institución, Y no duden en avisarme para causar alta si se produjese mi anhelado cambio de timón.
Posdata…Estoy acabando estas letras, mientras oigo por la radio que este Gobierno pretende restaurar la censura, ¿qué diría si fuese cierto, nuestro “Serveto”, envuelto en medio de estos fríos, social y meteorológicamente hablando, en tanta bufanda oficial?


Luis Manuel Aranda






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