domingo, 9 de febrero de 2014

Los toros



LOS TOROS

Diario del Altoaragón

24-marzo-2.010

 

Cataluña, dice la prensa, fue el pasado año la segunda peor economía regional, solo por detrás de la nuestra, Aragón, con un decrecimiento real superior al cuatro por ciento.

Y estando así las cosas,¿vdes. entenderían, valga la analogía, que si en cualquiera de nuestras casas comenzasen a arder las cortinas, alguien en su sano juicio pudiese dejar de apagarlas para salir hacía una soleada tarde de toros?.

Pues exactamente eso es lo que , lamentablemente, estamos viendo que ocurre en el Parlamento catalán. Es decir, mientras sus ciudadanos tienen que rendirse, llenos de estupor, tanto a la evidencia de la pérdida de su poder adquisitivo como a la ineptitud de los dirigentes de su tripartito, ellos, los políticos,en lugar de preocuparse  por imitar la sensatez del pacto de sus correligionarios vascos, aprovechan para encerrarse y amorcillarse, para ponerse contra las tablas, rodeados de cuántos “bufones-asesores-intelectuales “hagan falta.

Y todo, por aprender en patética academia, a razonar y a reflexionar, aunque sea apoyándose en comparaciones terriblemente odiosas, cuando no lamentables, para arropar ideológicamente su pretendida ignominia, su personalísimo intervencionismo invasor.

Encerrona reflexiva que, a mi parecer, no es más que una huida hacía adelante o una verdadera tinta de calamar con la que ocultar la puñetera realidad social y económica de “su pais”. Intentando hacernos creer con ello que tras sus sesudas deliberaciones se esconde algo más que no sea puro y visceral odio hacía nuestros más sagrados elementos culturales de unión y de sentimiento patrios: el idioma y los símbolos.

Comenzaron por la exclusión del toro de Osborne y ahora andan con lo que andan, con los toros de verdad, aunque estén convencidos en el fondo de sus almas de que “lo que no pué sé, no pué sé y, además es imposible”, que diría Rafael El Guerra.

 Ya veremos, a este paso, como acaban, si Dios y la próximas justicieras y sabias elecciones no los mandan adonde muchos deseamos, a su casa, lejos ya  del santoral, o a Puerto Rico, como a Ibarretxe, el otro gran falsificador y distorsionador social.

Y es que, siguiendo las noticias de los pasados días en Cataluña, y reflexionando también sobre el tema, como el Parlamento de marras, un servidor no podía por menos de recordar a tanto y tanto personaje de uno y otro signo con los que ha crecido y amueblado su cabeza. Parte de lo que recordando, recordando, quiero compartir con Vdes., si me lo permiten.

Decía Pérez de Ayala: “si yo fuese un dictador en España, prohibiría las corridas de toros, pero como no lo soy, no me pierdo ni una”. Como hace Montilla, al parecer, cuando anda por Baeza, vamos.

Y García Lorca: “el toreo es la riqueza poética y vital mayor de España. Los toros son la fiesta más culta que hay en el mundo.

Y Almodóvar: “el español respeta mucho más el mundo de los toros que el de la religión. Si tuviera que decidir, no beatificaría al inventor del Opus, sino a un torero”.

Y Tierno Galván: “el torero sigue siendo mítico y cuando expresa la valentía, el pueblo se anardece y los viejos entusiasmos reaparecen”.

Dichas sean entre otras muchas lindezas, y para que vean que también se poner en la romana los debidos y justos contrapesos de equilibrio, acabo por recordar la famosa greguería de Gómez de la Serna…”los toros son un espectáculo tan bello como despiadado al que el público acude a ver a un animal tan bueno como hostigado, luchar contra dos docenas de fieras disfrazados de hombres”.

Una lúcida reflexión que llegué a asumir como propia hace ya demasiados años, algunos después de haber ido con frecuencia, aún adolescente, a la plaza de toros de Linares, como acompañante de mi tío Víctor, veterinario de ella.

Pero fui creciendo, madurando, y aunque decidí apartarme de las corridas, elegí ser médico para evitar el sufrimiento y cuidar de la vida; no obstante, acabé por concluir y

Entender sobre todo que el respeto a los demás, a su libertad, cultura y economía, debería de ser el primer y último mandamiento de mi existencia, por encima de cualquier otro dogma, de cualquiera trinidad ajena. Algo que como podemos comprobar todos los días, está tan alejado del nacionalismo excluyente.

Me consuelo, finalmente, con el futuro que, a lo tonto, a lo tonto, nos van a regalar. Que hasta creo, y se lo digo en auténtica primicia, que los padres del futuro Gran Escala, allá por la Franja de Ontiñena, ya andan diseñando una macroplaza de toros más grande que la de Las Ventas para poder dar cobijo a todos los toroadictos perseguidos por la vecina Inquisición regional:

Ya lo verán, con Franco íbamos a Perpiñán a ver cine y ahora, Polonia entera acabará viniendo al Reino de Oregón a ver toros. Vivir para ver. ¡Pobre Cataluña!.

 

Luis Manuel Aranda

Médico- Otorrino

 

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