domingo, 9 de febrero de 2014

El carnet político por puntos



EL CARNET POLÍTICO POR PUNTOS

(Articulo publicado en el Diario del Altoaragón el 11-septiembre-2.oo6), pero que como el vino, tiene aún más sabor conforme va pasando más tiempo)

 

Qué tiempos, Dios!. De aspirar a que los hijos nos vinieran con un pan debajo del brazo, hemos pasado a tener que conformarnos con qué solo nos vengan con ocho puntos, como conductores noveles. Un regalo oficial que “ya en Francia, Italia y Alemania se ha revelado como algo muy útil que mejorará la seguridad en las carreteras y reducirá el número de accidentes, impidiendo que circulen esos conductores que han demostrado con sus reiteradas infracciones que son un peligro para la seguridad. Una medida positiva que quiere mejorar la seguridad y, por tanto, la convivencia”. Rubalcaba dixit, hace unos días.

Y, uno, no puede evitar soñar con que algún día podamos extrapolar la genial y necesaria idea desde el mundo de la simple conducción al de la necesaria regeneración democrática, como algo esencial que diera más brillo y dignidad a la cosa, dándonos así tranquilidad a todos los ciudadanos y las mayores garantías sobre nuestros gobernantes y dirigentes políticos. Sé que es una atrevida reflexión en este país en que, como recordaba hace años un pastor soriano al bueno de D. Antonio Machado, “en este país, nadie es más que nadie”, y más últimamente, desde el advenimiento democrático o de esta “mediocracia del mal gusto”, como lo ha definido, precisamente, el presidente del Congreso, Sr. Marín.

Y, puesto que no tengo afiliación a nada, no soy, en suma, de los unos ni de los otros, me atreveré a pedir el próximo año a los Reyes Magos que nos traigan a todos los españoles el carnet de marras. Carnet que entiendo, nos supondría in intento de regeneración a lo Joaquín Costa, de forma que los aspirantes políticos que no alcanzasen dicho baremo quedarían inhabilitados o aparcados, con la invitación consiguiente de que se dedicasen exclusivamente a salvar sus propias vidas, tan necesitadas, más bien que las ajenas, evitándonos así muchos de los innecesarios sufrimientos que los Roldanes, los  “hermanos sevillanos”, los Vera, y tantos y tantos otros, asaltadores inmisericordes de lo público, nos han ocasionado en el pasado. O, evitándonos también, ahora, que han pasado desde la escueta y muy digna formación profesional a diseñar de continuo ejes pirinaicos, cuando no desde el inacabado bachillerato a ser ministro de lo que haga falta, tan ajenos al pudor como al sentido de la justicia y respeto ajeno más elemental.

¿Se imaginan a un camarero que entrase a trabajar en un crucero y que al poco tiempo pasara a comandante de la nave?. Pues eso mismo, ha pasado en Marbella hace poco tiempo.

Y es que ,así como sabemos que la consanguinidad puede ocasionarnos  trastornos biológicos de todo tipo, así, la ascensión social y política de los no preparados, puede también ocasionarnos las distorsiones sociales que estamos viendo y padeciendo, tras colársenos tanto y tanto personajete, sin mayores filtros que los de sus propias listas cerradas y que han contaminado y empañado la convivencia de todos nosotros, originando inevitablemente una gran crispación política, tanto a nivel local como nacional.

La propuesta, o más bien la quimérica carta a sus Majestades no va a pretender más que eso, ser el sueño de un náufrago o votante huérfano, con el deseo de que algún día no muy lejano, fuesen el prestigio de los mejores y la aristocracia del mérito los auténticos avales de los aspirantes a salvar o mejorar las vidas y haciendas ajenas.

Sí, querido lector, les exigiríamos como noveles, un mínimo de ocho puntos, como credenciales que se podrían repartir entre tres bloques, si me lo permiten:

MÉRITOS PERSONALES…CURRICULUM: dos puntos( licenciado, grado medio, cura ,seminarista,,etc,etc.)

Méritos o cualidades extrínsecas: valoradas por compañeros de trabajo, de clase, la exmujer,, la mujer, la pareja, los hijos, incluso los vecinos…2 puntos.

El bloque final, de valoración máxima con cuatro puntos, abarcaría todo el posible bagaje social aportado por el candidato: pertenencia a ONGs, asociaciones de barrio. Etc.

Y, así, podríamos protocolizar otros mil méritos posibles entre todos nosotros, vía Internet por ej.

Credenciales que serían concedidas, en suma, por un posible Comité de Sabios, locales e independientes, nombradfos al efecto.

Deseo, finalmente, el que algún día, más pronto que tarde, la humanidad se invente o desarrolle algo nuevo, un nuevo proceder para ser representada con más solvencia y responsabilidad. Sueño con ello, tanto como suelo recordar, con orgullo de evolucionado humano, como dicha evolución hacía la bipedestación más noble, supo superar otros nefastos hitos u obstáculos negativos, tan bien vistos en su día y luego, tan denostados por los siglos de los siglos.

¿Verdad que todos celebramos, en otro orden de cosas, evidentemente, el que el famoso y cruel circo romano acabase tras siete siglos de barbarie, cuando Honorio, un dirigente lúcido y sensible dijo eso de ¡ya vale!, o que, nuestra terrible Inquisición, acabase tras otros tres siglos de atentados al sentido común y a la vida, cuando un tal Conde de Aranda, nacido aquí al lado de la mismísima Huesqueta, dijese que ya estaba bien de aquél  aberrante contradiós  impuesto por una desatinada inercia histórica?.

Creo, finalmente, que el Ayuntamiento de Huesca ha exigido hace bien poco cinco años de experiencia para conceder la explotación de la plaza de toros. Y que, en el Ayto. de Estocolmo, por el contrario, en la  vieja socialdemocracia sueca, hay ciento un concejales elegidos por sus barrios y gremios cada dos años. Y allí mismo, la semana pasada, he visto que es de muy mal gusto y de peor educación, preguntar a dichos representantes por su religión o ideas políticas. Solo se les nombra, como suponen bien, por en función de su prestigio social o valía personal. ¡Qué diferencia con nuestra casi recién nacida democracia!,¿verdad?.

 

Posdata…Seguro que así, evitaríamos el que ellos, LA MEDIOCRIDAD POLITICA que nos gobierna, fuera la tercera preocupación en todas nuestras vidas, y que el próximo informe de Transparency Internacional no vuelva a ser tan vergonzoso para todos nosotros, españoles honestos y ajenos a tanta y tanta desvergüenza como nos toca vivir.


Luis Manuel Aranda

Médico- Otorrino

 




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