jueves, 23 de octubre de 2008

LA SANIDAD

LA SANIDAD
Publicado, hace tiempo, en la prensa regional y que comparto con vosotros por su aún lamentable vigencia.

En el País del 30 de diciembre y en la sección de cartas al director, el Dr. D. Diego Reverte, confiesa ser un sanitario con 40 años de ejercicio en la sanidad pública. Aprovecha que el Pisuerga pasa por Valladolid y que el Duque de Lugo ha sido, lamentablemente, ingresado en un hospital público, como si pretendiese ser un hecho paradigmático, para lanzarnos a la cara las excelencias de La Cosa Pública.

Pues no, mire, Dr. Reverte, y ello, porque cuando D. Juan de Borbón, q.e.p.d., tuvo una neo de laringe, fue a la privada de Pamplona. Y luego sus nietas Elena y Cristina, dieron a luz en las clínicas, también privadas, de Santa Elena y Teknon. Así es que, 3 a 1. Y cuando antes, el viejo y sabio profesor Tierno Galván, se encontró mal, hizo con su esperanza lo que le dio la real gana y se fue a la privada, imitando a la extinta Pilar Miró, q.e.p.d. que se había operado de corazón en La Concha, porque Julio Feo, ya también antes, se había arreglado su hernia discal en la clínica de La Zarzuela. ¿Quiere que sigamos, el resbaladizo hilo de su argumentación?

Uds. los cofrades de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, siguen como siempre, remisos, con el bisturí presto en la pluma, dispuestos a anatemizar a la medicina privada, intentando coger el rábano por la hoja más podrida que aparezca, para darle mayor sabor a sus migas.

Ivan Illich, el personaje de Tolstoi, decía a su familia, en su lecho de muerte: ¡Dejad de mentir! ¡ Vosotros bien sabéis, y yo sé, que me estoy muriendo! ¡ Conqué al menos, dejad de mentir!
Y uno ya no puede ni debe callarse más, porque estoy hartito de que intenten demonizarnos, de que vean nuestra praxis dirigida únicamente a ganar dinero, o que nuestros intereses les parezcan incompatibles con la nobleza de los suyos, cuasi divinos. Hartito de que nos consideren menores de edad, a los que elegimos hace años el camino de la libertad de elección para nuestros pacientes. La defensa del consumidor, en suma, algo que debería constituir su norte de hombre europeo.

Parecen Uds. accionistas o herederos del agonizante Insalud, profundamente egocentristas, como buenos médicos. Pero, ¿por qué ese fanatismo? Entreveo en Uds. un tufillo de actitud ética, que deberían emplear correctamente, a mi parecer, y si me lo permiten, haciendo más bien apología de la ética de la libertad.

Deberían fijarse más y ver la enorme frustración y desengaño de sus compañeros, que quisieran y no pueden hacerlo mejor. Siempre con prisas, con malísimo humor, sin medios en muchos casos, y sin tiempo siquiera para oír los objetivos de sus pacientes. Solicitando a estas alturas, toda la medicina primaria, la concesión de la limosna de 10 minutos para la consulta de cada paciente, o la continuada indignación de los médicos de urgencias móviles, subiendo y subiendo escaleras, solos por la ciudad y en la noche con un fonendo como único acompañante, signo de prestigio, de autoridad y de distanciamiento, esquivando a cada minuto la propensión a la cólera de sus usuarios, por la tardía y pobre asistencia. O si lo prefiere, hablamos de las listas de espera (llame para que le vea el oculista, por ejemplo) o de las camas atravesadas. – Oiga, de paciente-televisor, me ingresaron en la Casa Grande, a los pies de las otras tres camas.
Y por qué no hablar de los enormes agujeros económicos de los hace años transferidos Insalud andaluz y catalán.
Proclame la libre elección de sanidad pública o privada y pida igualdad de trato económico oficial para ambas, porque sino seguirán Uds. diciendo siempre medias verdades (Aragón recibirá aproximadamente unas 12.000 ptas. por aragonés / mes, mientras que la póliza más alta de CajaSalud o Adeslas, por ejemplo, no supera las 6.000 ptas. por paciente / mes) Aspire a que todos nosotros podamos elegir como nuestros vecinos europeos, no sea ludita, oponiéndose al progreso, como hizo Felipe II, prohibiendo a sus súbditos en aquel entonces, estudiar en universidades europeas.

Deje que sus compañeros al salir del hospital no se amarguen, viendo que no llegan a fin de mes ¿Sabe que la medicina que Ud. defiende ha tenido un 68% de pérdida de poder adquisitivo en los últimos 10 años? Qué se vayan a sus consultas privadas, a ser libremente elegidos por sus pacientes, su fuente de felicidad más auténtica, aunque luego las aseguradoras paguen como paguen, que eso es harina de otro costal y es lo de menos.

Y el que más chufle... capador, que dicen por esta tierra aragonesa. No prohíba la esperanza y la libertad, hombre, que Uds. bien que buscan atajos con sus amiguetes médicos, en las listas de espera de su familia. Atajos y habitaciones adecuadas cuando a algún ser querido le toca estar de usuario-televisión o tiene de vecino de habitación a alguien no deseado.

No sea como aquel médico que lo prohibía todo y que hizo decir al nuevo-rico-constructor local -"desde que ha venido este médico, no se siente placer en ser rico"

Un abrazo desde esta Huesca tan lejana