viernes, 29 de mayo de 2015

DIAS DE REFLEXIÓN



DIAS DE REFLEXIÓN

Suelo meditar mucho más al acabar las elecciones, cuando producido el tsunami, intento hacer inventario con los despojos que nos quedan en la playa, para columbrar que se podría construir con lo que el mar vomita.
Así es que el lunes pasado por la mañana me compré la prensa y sentado en las humanizadas cuatro esquinas, estuve un rato intentando reflexionar, encontrar una explicación viable a los datos de la madrugada anterior. Y, sentado allí, me encontré con la gran metáfora de lo acontecido. Con el sr. Lafuente, edil del PAR , sentado también y solo en la cafetería de enfrente. Al que días antes, y viendo que presumían de tan buen estado en sus eslóganes electoralistas, un servidor se permitió la boutade de decirles aquello de que un hombre que presume de estar sano casi siempre suele ser un hombre mal explorado, que decimos los bienhumorados médicos. Nunca más acertado el juicio, dados sus enfermizos resultados ¿verdad?. Pues bien, cosa rara en él, padre de comarcas y multiactivo, estaba allí solo, y creo que hasta estupefacto, preguntándose, tal vez como Vd. y yo mismo, que había pasado para tener que recibir un “hostión” de tal categoría ( palabras de nivelazo político, para más Inri, a la altura de una señora llamada Rita Barberá, de triste memoria).
Preguntándose, tal vez, el porqué del malquerer ajeno, precisamente hacía él, uno de los colaboradores necesarios e imprescindibles en el alumbramiento de las comarcas, ese pequeño estado dentro del estado provincial, capaz de colocar a infinidad de gentes capaces de absorber casi el ochenta por ciento de sus presupuestos en gastos de personal. Ele ahí la gestión guapa, que dirían por mi andaluza tierra. Hombre de reconocidas capacidades sin duda, tan capaz de pactar con derecha e izquierda como de llevarse la sede de la comarca de la Hoya a una entidad bancaria de las de a ocho o nueve mil euros el alquiler/mes, como si no hubiesen tropecientos mil espacios oficiales vacíos en pleno centro.
Pues sí, así es la vida, Sr. Lafuente, donde las dan las deben de tomar,  ya que debería de saber que el primer mandamiento del arte de la guerra es considerar siempre que el enemigo no es idiota. Y doy esta mínima pincelada sobre Vd. y su quehacer, como símbolo, porque como le digo, Vd. pensativo y taciturno, me lo puso a “”huevo”, con perdón, que diría un castizo.
Otras cosas podría contarle de sus socios en el Ayto. Por ej, un buen día, tiempos atrás, me permití preguntar en la prensa, pobre ingenuo, al Sr. Pintado cosas en mi legítimo derecho de ser respondido como ciudadano preocupado por un hecho concreto, y sabe que pasó… pues que se me dió la callada por respuesta, faltaría más; o bien me quejaba, en otro momento de una gran pintada en la fachada de mi centro médico, tributaria de ser limpiada inmediatamente por su Ayto., y ¿sabe el resultado, estimado Sr. Lafuente?...otra vez ni puto caso, con el nuevo y debido perdón. Eso sí, varios días después apareció enfrente otra que decía …”tu voto es la carroña de los políticos” e inmediatamente estaba borrada, como otra anterior que apareció otro incivilizado día en la fachada del edificio de D. Marcelino Iglesias .Vaya sumando, son las pequeñas cosas, les comentaba en algún artículo anterior, y que según como se resuelvan, marcan las diferencias en la sensibilidad política de uno u otro género. Marcan sensibilidad y fidelizan votos, no lo deberían olvidar jamás todos.
Tuve hambre y no me distes de comer, tuve sed y no me diste de beber. Mira que es fácil, mira que nos lo inculcaron nuestros padres. Otra cuestión más, entre las mil cosas que recuerdo ahora, para intentar encontrarle una respuesta  a la posible explicación del tsunami: hace meses, cuando el comienzo de las obras últimas del Coso, una buena mañana salía de la delegación del Isfas, frente al Parque, de hacer unas gestiones personales, y ví  con la incredulidad de un marciano, a todo un desfile de personajes a cada cuál más elegante, cuál de si la pasarela Cibeles altoaragonesa se tratase. Ya sabemos, traje Hugo Boss y corbata roja de macho alfa. Quedé anonadado, frotándome los ojos ante el espectáculo. Pensé por momentos que la dirección del Pentágono había venido a explorar las posibilidades de entrenamiento del Pirineo, pueden creerlo. Pues no señores, que luego me dijeron que eran nuestros subrogados del Pignatelli, nuestros empleados, que venían a ver el inicio de las obras. Sentí, pueden creerlo, vergüenza ajena, viendo su derroche de poderío malnacido.
La misma vergüenza ajena que sentí al saber que en un pueblo importantísimo de la provincia, habían sorprendido al alcalde y a una edil de su grupo explorándose mutuamente “le coin d·amour”, con el escandalazo local consiguiente, sin que el partido tomara inmediatamente cartas en el asunto poniéndolos a los dos de patitas en la calle al día siguiente, por aquello de la mujer del César.
Pues bien, no pasó nada, salvo el quedar ajusticiados por sus vecinos ahora. En resumen, los unos y los otros, los de la Cosa que se lamentan, siempre mirando para otro lado, y olvidando que los pecados se cometen por acción o por omisión, como nos enseñaron, así es que ahora, Sr. Lafuente, ha pasado lo que ha pasado, que aunque Vdes. y sus socios vivieran creyendo que vigilando a la prima de los riesgos todo quedaba controlado en la familia, pues ya ven , el voto aparecido tiene más que ver con las emociones y el desdén, con el poco cariño manifestado hacia los hijos y hermanos próximos, que con toda la racionalidad que esperaban.
El Formidable Cerro de los Mártires, el vanguardista centro peatonalizado  y el enorme valor añadido de una alcaldesa próxima, sencilla, ahorradora, humana y risueña, ya ven lo que ha dado de sí, un enorme disgusto para todos Vdes. y una herencia envenenada para todos los Oscenses.
Dícese que W. Churchill, después de sacar victorioso a su país de la segunda guerra mundial, fue vapuleado en las primeras elecciones posteriores. Caprichos del  ingobernable alma humana. Aprendan, para terminar, sres. políticos en el futuro, de las consecuencias lamentables que acarrea el vivir creyendo que uno es el dueño de la finca.
Son días para hacer balance, para la autocrítica, y el propósito de enmienda durante los largos y fríos meses de purgatorio que les espera a muchos de Vdes. Mientras lo hacen, no desechen la idea de que en un gran pacto de Estado, a lo Alemania, o a la próxima Euskadi del gran Basagoiti , estaría la gobernabilidad y la tranquilidad esperada por esta sufrida España nuestra.
Sra. Alós, queríamos castigar al excesivo pensar económico del Sr. Rajoy y ya ve, la justicia de Dios es implacable, aunque a veces, como dicen por mi pueblo, se equivoque de persona. Con mi más sentido pésame .

Luis Manuel Aranda
Médico- Otorrino

domingo, 17 de mayo de 2015

Puedo prometer y...



Puedo prometer y…

Prometo, mientras nosotros, los sufridos ciudadanos, cada día estamos más llenos de vergüenza ajena, teniendo que padecer el esperpento de la campaña electoral con candidatos a ritmo de rap cuando no a caballo, en plan de patético yayo cowboy. Al menos aquí por Huesca tenemos al Sr. Oliván, con buena planta y pinta de general romano, de aquellos a los que presumiendo su valor, eran temidos y amados a la vez, amén de otros tan dignos como el anterior, que aunque ya no aparecen como los aragoneses a nuestro servicio de antaño, sí se nos presentan presumiendo tanto de buena salud (permítanme la broma: un hombre sano, decimos los médicos, es un hombre mal explorado) a la Par que de ser ingenieros superiores, tan en línea con la demandada apuesta social actual por la mayor cualificación de los que deberían de dirigirnos. De los demás, ya saben, dicen que vienen a trabajar por y para las personas, como sublimación de la obviedad y del pensamiento poco creativo. Capaces ellos, como les dejemos, de hacer un nuevo palacio de lo que sea o hasta de poner en valor a los empresarios. Manda esa cosa. Eso sí, sin acabar de comprometerse a que si no llegasen a cumplir lo prometido, responderían con el aval de su propia vivienda, por ejemplo.
Mientras los oímos y miramos tan perfumados de su licenciosa vanidad, salvando las excepciones que queramos, no podemos dejar de acordarnos de Julio César, aquél que según la historia, no combatía exactamente al servicio de Roma, sino al de sus propios intereses.
Mala gana da ver, como dicen por acá, que después de más de doscientos años desde la Ilustración, aquella que pretendía iluminar la realidad social, combatiendo el ocultismo y el secretismo de épocas anteriores, ahora tengamos que volver a hablar de lo mismo, convencidos de que hay que recuperar tantísimos años de dejación de principios de transparencia democráticos. Entre otros el gran principio de que la influencia moral de un gobernante es lo que hace que su gobierno viva en armonía entre sus gobernados.
Y, por su descuido, pasa lo que está pasando, que la política de tener esquematizada la realidad, reducida a controladas cosas entre rojos y azules, ahora, ante el hartazgo social suscitado, han aparecido partidos como partisanos, preocupados no tanto por su enmarcamiento  político como por su ofrecimiento a salvar el país, a hacer con rapidez las cosas aún pendientes. Partidos, en suma, que como aquél Protestantismo que surgió dentro de la Iglesia, no pretenden otra cosa que arrimar el hombro para hacer más llevadera la dura vida de la ciudadanía.
Pues bien, mientras ellos sueñan con eso, muchos de nosotros también soñamos con esa próxima Inglaterra cuyos dirigentes políticos no sólo han asumido la responsabilidad de su derrota, sino que además han hecho el favor a sus vecinos y votantes de largarse a sus casas, a dejar de incordiar por una temporadita, como Ibarretxe, aquél personajete de tan triste memoria.
Vivimos, ciertamente, en una época de miedo, de inseguridad, a que vengan advenedizos salvapatrias a hacer tabla rasa con todo. ¿Recuerdan aquellos terribles días en que legalizado el PC se creía en que se iba a acabar el mundo?. Pues miren, cuarenta años después son ellos los acabados.
Afortunadamente, van a pasar los tiempos en que la política va a tener que sustituir su P de paternalismo por una nueva P de pacto continuado, por una edificante sociedad de garantías recíprocas, donde el que la haga debe de saber que tendrá que pagarla más pronto que tarde. Resultará , sin duda, una sociedad más frágil y dividida, pero lo otro, como lo del poder absoluto tipo andaluz, ya vemos el precipicio  al que ha llevado a mis queridos paisanos. Pobre Andalucía mía.
Dice un dicho alemán:” lo contrario del bien no es el mal, sino las buenas intenciones, que sirven para legitimar demasiadas promesas”.
Luis Manuel Aranda
Médico Otorrino