sábado, 23 de enero de 2021

AL SR. IGLESIAS, EL PODEMITA

 

AL SR. IGLESIAS, EL PODEMITA

 

Sí, a él, que no al cantante, mucho más inteligente. Porque sólo él es capaz de decir las tonterías habituales. La última, de hace pocos días, la de que Puigdemont,ese que está en el campo de concentración de Waterloo, es un exiliado como los republicanos que se tuvieron que exiliar al acabar nuestra incivil guerra.

Mire, sr.comunista y hasta Vicepresidente, lamento varias citas de culto incluidas, y dirigidas precisamente a vd., que sabemos es un hombre mucho más aficionado a las series televisivas. Decía Napoleón que “con las bayonetas se puede hacer de todo menos sentarse en lo alto” y, con sus palabras últimas, acaba de atravesar una línea roja, criticadas incluso por gentes sensatas de la izquierda por injustas, innobles e indignas. Las que me obligan a una respuesta coherente, tan coherente con el civismo como con el respeto hacia la dignidad y la memoria de todos nuestros seres queridos, los que han sembrado este país con sus sufrimientos y sangre, y al que ha llegado justo a tiempo de recoger sus frutos. Sus nueces, como hacía aquél Arzallus, de tan triste recuerdo.

Sr. Iglesias, he de decirle de antemano, que siempre que le veo entrar al Congreso, no puedo dejar de acordarme de aquél General Pavía…¿recuerda? Sí, hombre, aquél del golpe de Estado en 1.873, entrando con su caballo. A caballo él, y vd. bajo su “moña”, con singularidad cuasi simétrica y en diferenciación tan vanidosa como patogénica. Perdone la comparación, casi tan estúpida y odiosa como la suya.

Casi había pensado al sentarme, dirigir todo lo que sigue al Sr. Presidente del Gobierno, el felón, al que no le importó engañarnos a todos, para después, ganadas las elecciones, caer en el fango de lo impensable, aliándose con vd. y con todos los enemigos de España que supieran hacer una cama confortable de vendimiador de vendimia política. Los capaces, sin vergüenza alguna y por propio interés, de hacer el milagro de resucitarle, de decirle aquello tan socorrido de “Lázaro, levántate y anda”. Qué vergüenza todo esto, lo de confundir lo posible, legal y políticamente hablando, con la ejemplaridad moral. Los horribles hechos para la historia.

Pero decido no dirigirme más a él, bastante tiene el pobrecillo, maldiciéndose todas las noches por tenerlos a Vdes a su vera. En el pecado lleva ya su penitencia, teniendo que acostarse entre Chistularis y Castellers. “Por sus socios y amistades, siempre podemos juzgar justamente a los hombres “y esto otro: “era lo único que le faltaba a nuestra gloriosa Patria, para decir que había pasado por todas las miserias, es tener también un gobierno de incompetentes y de amigos peligrosos para todos nosotros”…¿sabe quién lo tiene dicho?.

Pues bien, y “puesto que los agravios despiertan la cólera en los más humildes pechos”, voy al grano, puesto que, como decía, sus palabras, en boca de un político de su catadura, de su casta, no han pretendido otra cosa que deshonrar la memoria y dignidad de los míos. Sí, deshonrarla, porque mi padre, saliendo por Portbou como exiliado, tuvo que sobrevivir a la primavera de 1,939 estando tirado en una playa de Argelés (Francia), habilitada como campo de concentración , a base de seis sardinas arenques y un litro de agua al día. Luego, alguien de derechas al que su padre, mi abuelo, había salvado la vida, (como hombre influyente y fundador del Psoe allá por Jaén y por el año 1.931) abogó por él y fue “extraditado” hacía la plaza de toros de San Sebastián, su otro campo de concentración hispánico , aunque ya más cerca de los suyos y de su padre, purgando culpas en un penal de Alcalá de Henares. Fueron las “nanas” entre las que tuve que crecer, porque me eran relatadas casi entre lágrimas a la menor ocasión. Y por si esto no le basta, quiere que le cuente aún más cosas de los míos, los que siempre, en función de su cariño e inteligencia hacía nosotros, prefirieron crecer procurando olvidarlo todo, mientras nos invitaban a saber ganarnos la vida sin entrar nunca en política, pero sabiendo que con nuestro esfuerzo y sacrificios podríamos llegar a hacer un país mejor en tolerancia y dignidad.

Y, después de tantos años y cuando ni a mis hijos había contado todo esto sobre su abuelo y bisabuelo, preso  incluso con el gran Tarradellas, por 1.931 en un penal de Cartagena, cuando la Huelga general de campesinos, ahora, viene vd. y me los compara con el huido de la justicia, el Puigdemont, el del golpe de Estado. Vd, precisamente, el del puño siempre levantado y presto a pontificar donde haga falta, un hombre cuál barbero de D. Quixote “mucho más versado en desdichas que en versos”, pero que, incluso en medio del agobio en que vivimos, no pierde tiempo para recordarnos, como diría el gran Quevedo que “aunque él pudiera creerse ser una fuente de agua de cualquier tipo…los demás, muchos, sabemos de sobra que no es potable”.

Es hermoso  esto de que podamos acordarnos de tanta cita y dichos Quijotescos, porque nos permiten echar la vista atrás y consolarnos con sus vivenciad y sabiduría, tan actuales como salutíferas, porque aunque algunos de ustedes y el bicho nos pretendan meter en una cueva, gracias a ellos, aún podemos seguir mirando a la esperanza y a las estrellas.

Y, quiero acabar , pero preguntándome donde habrá quedado la ejemplaridad de Anguita, aquél importante hombre de izquierdas, que devolvía dietas y hasta llegó a renunciar a la pensión vitalicia como exparlamentario. Aquél que no trataba a los españoles como discapacitados mentales. Preguntándome lo anterior y recordando a Lenin, ese amigo suyo, cuando decía…”El lenguaje es un arma letal. Cuando utilizamos el lenguaje sin saber lo que estamos diciendo, nos estamos desarmando”, por si no estuviera ya Podemos lo bastante desarmado a estas alturas de su incompetencia, sr. Vice, el que se cree cuasi Gobernador de esta Ínsula Barataria, otrora llamada España.

Sólo sus baladronadas (chulerías, desplantes) son responsables del que me haya tomado la molestia de este desahogo, que “la revolución es algo que se lleva en el alma, no en la boca para vivir de ella”…mientras vd. sigue viviendo en Galapagar, no lo olvide cuando se estrelle de nuevo en las próximas elecciones. ¿Conoce también al autor de esta última cita?

Mire, y ahora si acabo, así como vd. aconseja series televisivas, yo, un ser más bien alfabético, permítame  aunque no sea amigo suyo, aconsejarle “El arte de hacerse respetar” de Schopenhaüer. De haberlo leído, tal vez no diría sus tonterías habituales ni me hubiera compelido a estar este rato  perdiendo el tiempo.

Sin el atentamente habitual

Luis Manuel Aranda

Médico Otorrino

De la Sociedad española de médicos escritores

 

 

 

jueves, 7 de enero de 2021

A la DIVISIÓN CASTILLEJOS...WELCOME

 

A la DIVISIÓN CASTILLEJOS…WELCOME

 

Bienvenidos a Huesca, dicho sea desde lo más profundo del corazón canoso de alguien que, como todos vosotros, y hace ya la friolera de cuarenta y cinco años, tras haber aprobado una difícil oposición, fue expulsado de Madrid, su patria, la ciudad de sus estudios y afectos, hasta aquí, casi el Finisterre patrio.

Fue terrible en su momento para nosotros, andaluces, el saber que nuestros dos queridos hijos pequeños tendrían que comenzar a andar en una tierra totalmente desconocida. Como terribles fueron las inolvidables palabras que tuve que oírme de mi joven esposa, que, sacada por fuerza de las cosas de su querida Ceuta y amamantando aún, al enterarse de nuestro destino, dijo con lágrimas en los ojos algo así como…”esto me lo vas a pagar, esto no se hace”.

Ay, las pobres esposas de nuestros militares y que ajenas a la vocación de sus amados, tienen que hacer y deshacer maletas de destino en destino, teniendo que sufrir calladamente, en silencio, la continuada amputación espiritual de los traslados, el inconsolable desarraigo para sí y los suyos. Compañeros militares he tenido que han conocido/sufrido hasta diecisiete destinos diferentes a lo largo de sus vidas profesionales.

Son recuerdos del Jurásico, bien es verdad, pero que me hacen desenvainar la pluma, ante la historia cercana que se repite, viendo como cientos de compañeros, puede que felizmente instalados en otros lugares, han de trasladarse con los suyos acá, vista desde allá, como nosotros podíamos verla…”donde las nieves y los osos, junto a Francia, en la frontera, por encima de Zaragoza”.

La historia de mi propia historia, tras ser destinado a su Clínica militar allá por el setenta y seis del pasado siglo.

Pero eran otros tiempos, aunque la ciudad, como ahora, no pudiera ofrecernos ni tan siquiera una habitación donde meternos, a pasar de que la situación militar estuviera perfectamente consolidada con dos Regimientos, un Gobierno y una Clínica con cuarenta y dos camas, quirófanos, radiología y laboratorio de análisis, así como toda una infraestructura de viviendas militares de apoyo totalmente acordes con las necesidades del momento. Permítaseme estas pinceladas sobre el pasado, que haga de abuelo Cebolleta.

Pues bien, todo aquello, perfectamente operativo, un buen día, por obra y gracia de algún Iluminado, se decidió desmontar, de la misma manera que se hizo con la Sanidad militar y tanta y tanta otra cosa, hasta que, poco tiempo después, el sabio tiempo que todas las cosas bien hechas vuelve a ponerlas en su sitio, Gracián dixit, puede que viendo que el enemigo pudiéramos tenerlo más aún por el norte que por el Magreb, decidió enmendar su error.

Sed bienvenidos por eso, decía. Venid en otros tiempos, queridos compañeros, ya no os vais a encontrar los cuarenta pavos reales que haciendo sus paradas nupciales y con sus peculiares chillidos de amor encontré dándome la bienvenida en nuestro fabuloso parque Miguel Servet, construido hacia 1.930 por su inolvidable alcalde D. Vicente Campo. Por el contrario, entrando por donde la residencia de ancianos de las monjas del Pilar, os sorprenderá una pancarta con una llamada de auxilio en su frontispicio…”No nos hagan invisibles”, dice. Y, si entráis por donde la Guardia civil, encontraréis otra tan chocante como la anterior…”Osca, ciudad bilingüe”, dice.

Pero tranquilos, que ni lo uno ni lo otro es verdad. Que por aquí, por el Altoaragón, en “la síntesis de todas las Españas”, como alguien tiene sabiamente dicho, ni tenemos la costumbre de abandonar a nuestros mayores, aunque los políticos hayan podido hacerlo, ni nadie, excepto una minoría muy minoritaria pretende respirar por ninguna herida de ninguna lengua arrojadiza.

Así es que tranquilos por eso. Porque venid a una tierra que ,como la andaluza, la mía, está mucho más acostumbrada a vivir y dejar vivir, de manera que cualquier nacionalismo, tan de moda, más o menos excluyente que pudiera surgir, está tan condenado al fracaso como estuvo aquél despistado Partido Andalucista. Aquél pobrecillo que por despistado, ya quedó hace tiempo en la cuneta de la historia y las tonterías imposibles.

Sabed que entre vuestra llegada y la llegada del Tío del saco, la Pandemia, ya nadie habla de los políticos y sus corruptelas; la gran preocupación de todos los españoles hasta entonces. Los políticos hasta incapaces de contarnos debidamente todos nuestros muertos. Pero sabed también que aunque estéis aterrizando en días de gran desconcierto social y nacional, Huesca estaba muy necesitada de que alguien de vuestra envergadura pudiera plantar un árbol así, tan frondoso, del que poder comenzar a recoger sus frutos.

Por todo ello, yo y los míos, aunque el estado de las cosas no nos permita tener ninguna puerta abierta a nadie, y menos a una División entera de “gente muy positiva”, permitidme de nuevo, estas palabras de bienvenida de alguien que, aunque ningún humano saliera a dársela en su día,hace muchos años, ha sabido encontrar un cachito de felicidad terrenal entre estas acogedoras gentes y montañas. Viviendo entre la serenidad de esta pequeña ciudad, puede que hasta con sus carencias, pero que nos ha permitido criar a los hijos de la mejor manera posible. Lo realmente importante en la vida.

Animo, amigos/compañeros militares, que vuestra “deportación” más o menos forzada a Huesca, ya lo iréis comprobando, no ha sido sino un feliz confinamiento hacía un Paraíso. No lo viváis como aquellos griegos que creyendo el destierro como un castigo o una mutilación, preferían incluso, antes bien, arrojarse al cráter de un volcán, según nos relata Empédocles de Agrigento.

Como nosotros mismos nos trajimos, vosotros es seguro que os “traéis el contenido de vuestras almas”, la mejor de las drogas y de los equipajes posibles, como también decían ellos.

Por eso, ya lo veréis, todo va a ser mucho más fácil de lo imaginado.

Bienvenidos y feliz año para todos vosotros y vuestras familias…dentro de lo que hay.

 

Luis Manuel Aranda

Comandante médico jubilado