jueves, 16 de abril de 2020

LOS PECULIARES ZASCAS DE MI COLEGIO DE MÉDICOS


Los “ Peculiares Zascas” de mi colegio de médicos

Por si no cabíamos en casa…nos parió la abuela, dice uno más de nuestros sabios refranes, a los que solemos recurrir cuando queremos resumir y sentenciar una cruel e inesperada situación. Y se me ocurre recurrir a ella, ahora que teníamos olvidada la Peste Negra del siglo XIV, la que mató a las 4/5 partes de Europa, y la epidemia de Cólera de 1.817 que acabó con otros 40 millones, y olvidado incluso al nefasto Napoléon, el que hizo desaparecer a casi tres millones de europeos, en su viaje de sangre y fuego desde Cádiz a Moscú; olvidada incluso “la Peste española” de 1.918, la de los 300.000 muertos .
Pues bien,  estoy aquí confinado, triste y rabioso, como muchos de Vdes. por tantas y tantas terribles cosas como nos están ocurriendo, tras ver cada día el parte de fallecidos. De sobra lo sabemos, viviendo como vivimos con el mayor porcentaje de fallecidos por millón de habitantes del mundo y con el también mayor número de sanitarios contagiados, con incluso el Pte. del colegio de médicos de mi provincia andaluza, otorrino como yo mismo, en la UCI, junto a su esposa, mientras queremos comulgamos a cada instante con la consoladora “hostia”futura,la de la inmediata insurrección legal de los afectados e infectados contra los responsables de todo este desaguisado, de toda esta sociopatía médico -sanitaria a la que nos han conducido la ineptitud de unos y de otros. Pero mientras eso llegue, felizmente para unos, pasada ya la pesadilla, y empiece para otros su obligado Vía Crucis, en el que deberán de purgar sus responsabilidades y culpas, van surgiendo situaciones y situaciones que merecen ser denunciadas y desenmascaradas en función de la catarsis más higiénica a que todos estamos obligados, aún en la plena travesía del desierto. Porque no sólo lavándonos las manos podemos librarnos de bichos y culpas.
Verán, nunca me he caracterizado por tener miedo a institución alguna, de forma que cuando he tenido que personarme en los medios ante agresiones políticas, ya por temas profesionales, de colegiación médica o de simple ciudadanía, no lo he dudado, he entrado al trapo, por considerar que la sinceridad , la franqueza y el compromiso con la sociedad deberían ser las tres cualidades más valorables de un médico, como el gran Marañón, el médico humanista, me pudo enseñar en su día. Así es que ahora, no esconder la cabeza bajo el ala era una exigencia moral y profesional aún más necesaria.
Por ello, cuando el día nueve de marzo alguien del hospital de Huesca me comunicó el que estaba habiendo una sucesión de muertes raras por Neumonía y “otras enfermedades respiratorias” sin tipificar correctamente, desde el punto de vista etiopatogénico, me sentí en la obligación profesional y moral de advertirlo a dos grupos de WhatsApp, a HuescaSuena, un grupo social y local y otro de mi urbanización, en la idea de conminarles a una básica y urgente toma de protección sanitaria para sí y los suyos.
Fíjense, tuve la “temeridad” de advertir algo cuando nadie, o no lo sabía o no le había parecido oportuno denunciarlo. Otros responsables políticos o sanitarios, nada más tener la menor información, más sagaces y responsables, se atrevieron a implementar medidas que les están salvando a todos ellos. De sobra sabemos que es lo que está  ocurriendo en pueblecitos de Teruel, por ej.,donde ahora a sus sanitarios locales y alcaldes se les lleva bajo el palio de la responsabilidad y la sabiduría epidemiológica más elemental, como referentes de las cosas bien hechas. Y, sin embargo, por esta mi pequeña ciudad, hasta de fácil aislamiento, no solamente nadie se dió por enterado, sino que un conocido político o expolitico, vaya Vd. a saber…un “paisano con Fuente en el pórtico de entrada”, una persona sin talento ni conocimiento  de epidemiología alguno, contestase en plan fanfarrón y provocador, aduciendo el que por haber gentes alertando en un grupo de Sanidad, de forma impropia, él, no tenía más remedio que abandonarlo, para no sufrir más con las locuras ajenas.
El arribista incompetente, fue debidamente contestado, pero otra persona y como él mismo, la Secretaria de mi colegio de médicos también decidió salir del Grupo, a la vez que conminaba al Presidente de la Cosa a darme un toque de atención por sembrar tempestades, por considerar los perjuicios, supongo, que yo podía estar ocasionando con mis notificaciones alarmistas. Algo que todavía no consigo columbrar si lo hizo por su militancia política o por desconocer lo que estaba ocurriendo, algo todavía más desconsolador y ofensivo, dado su actual cargo. En cualquier caso, la cosa tiene la importancia que tiene, por lo que y, para que no alegue la camarada que mis denuncias las hago fuera de plazo, como en otra ocasión anterior, en que denunciando algo que sabía sobre el Colegio, ella me respondió que había hecho la alegación y denuncia fuera de plazo, ahora, no quiero que me ocurra lo mismo y, por todo lo anterior, mientras a nivel nacional pudiera desear el que el actual Gobierno, tan imprevisor como incompetente, pudiera dimitir, aquí en mi pequeño ámbito de los casi ochenta muertos y los setenta sanitarios contagiados, y con un servidor en una cuarentena obligada, tras haber dejado la consulta por haber tenido un cuadro susceptible, y sin poder ser testado a día de hoy por organismo alguno, ni público ni privado, no me queda más remedio que esto…lamentar, tanto como el que hubiera podido parir también la abuela por aquí, el que dicho parto, pudiendo haber sido incluso atendido por la Sra. Secretaria de mi colegio de médicos, esta, de forma acobardada y descuidada, decidiera hacer mutis por el foro, dejando La Cosa y a mí mismo a los pies de los caballos.
Por eso, entiendo y para acabar, que si dimitiera, nos acabaría haciendo un favor a todos nosotros y al sentido ético más elemental. Se lo pido ya, con el Pte. de la Comunidad autónoma pidiéndonos perdón por todo lo mal hecho, e incluso con su Jefe (¿)de filas político, el Sr. Arturo Aliaga enfermo .Y, lo hago ahora, porque con el debido sentido común, he sabido ir mordiéndome la lengua día a día, hasta esperar que el sabio tiempo acabara por darme la razón mientras que se la quitara a su negligente y peligrosísimo comportamiento.

Luis Manuel Aranda
Médico Otorrino---Huesca


jueves, 2 de abril de 2020

ESTAR DE LOS NERVIOS


ESTAR DE LOS NERVIOS

 Es un contundente diagnóstico, el que dan por mi andaluza tierra cuando ven que alguien está apartándose de lo esperado, que tiene reacciones imprevisibles, de salida de pata de banco. Cosas que en días como estos, están aflorando como los hongos otoñales. Llamo a mi amigo Mariano y me comenta…Luis, dice mi mujer que voy a acabar como mi padre , el pobrecillo que al final de sus días acabó hablando sólo, a lo que yo, por consolarle, acabo dici
éndole…tranquilo, que son cosas de la edad, que eso ahora nos pasa a bastante gente confinada, pero el auténtico problema, lo preocupante, no es lo tuyo, sino lo que le pasa a Saturnino, nuestro amigo común…que habla e incluso se hace preguntas en voz alta viviendo solo en su casa, pero lo terrible, lo terrible es que también comienza a contestarse el mismo, de forma complaciente, a la vez que suele quedarse mirando al perro, creyendo haberle oído responder. Y por tan quijotesca forma de proceder, ajena a la realidad más vulgar, pensando en él y en todas las cosas que puedan estar pasándonos en estos momentos, bien por exceso de lecturas de libros de caballerías o de  intento de recuperación de sentimientos tan nobles como los de nuestro Ingenioso Hidalgo, he vuelto a saciar mi sed de consuelo ajeno bebiendo, una vez más, en sus generosos y sabios consejos, convencido con Camilo José Cela de que si bien pudiera ser verdad “que el sufrimiento y el llanto son los mejores adobes con los que el hombre levanta su choza”, nada mejor consejo, pudiera cabernos en estos terribles momentos ,que el mirar de continuo a las estrellas, o en su lugar, recurrir de nuevo a él, al libro por excelencia, a mi Biblia laica o Evangelio profano, del que se dice que escribió Cervantes nada más y nada menos que para ayudarnos a salir airosos de esta vida en las mil situaciones que pudieran presentársenos.
Con sus refranes, como fuentes de autoridad y de filosofía de urgencia, con sus lubricantes palabras para sobrellevar la vida.  Con todas sus sosegantes palabras, las auténticas píldoras que un médico se atreve a recetar en pandemias como la presente, ahora que parece ser como si el concepto vanguardista de la Resiliencia ( la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas, para oponerse a momentos críticos y adaptarse, etc. etc )no estuviera ya descubierta y comunicada casi desde la noche de los tiempos.
Han surgido todas estas palabras, mientras recordaba como nuestro Presidente del Gobierno, meses atrás, deseaba a toda costa ser algo así como el Gobernador de la Insula Barataria y yo caía en la cuenta de aquello que el Barbero le decía al Cura…”pero no me maravillo tanto de la locura del caballero, como de la simplicidad del escudero, que tan creído tiene aquello de la Insula”…y así, así, cogiendo el rábano por las hojas, he ido cayendo en la cuenta de que hurgando y rebuscando, podía ir encontrando cosas , en aquél libro de libros, tan extrapolables y vigentes… como las que siguen, ya por boca de uno u otro, qué tanto monta,,,:
…”Dios lo remedie, y éstemos a la mira, véremos en lo que para esta máquina de disparates de tal caballero y de tal escudero, que parece que los forjan a los dos en una  mesma turquesa, y que las locuras del Señor, sin las necesdades del criado no valían un ardite.
   No hay memoria a quién el tiempo no acabe, ni dolor que muerte no lo consuma.
   No es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien ya está cerca.
   Quién resiste, gana.
    Esfuércese, que el descaecimiento en los infortunios apoca la salud y acarrea la muerte.
    El mundo está en un error, por no renovar en sí el felicísimo tiempo. Donde campeaba la        orden de la andante caballería.
    Licenciado, no os engañe el diablo, replicó el Loco, sosegad el pie, y estaos quedito en vuestra casa , y ahorraréis la vuelta.
    Puesto que los agravios despiertan la cólera en los más humildes pechos.
    No se ha de añadir aflicción al afligido. Que se puede añadir aún más pólvora a la cólera ajena.
    Es común proverbio, que la diligencia es madre de la buena ventura…y porque suele decirse que en la tardanza está el peligro.
    Viviendo en este rincón del mundo donde a cada paso suceden cosas de grande espanto y de admiración.
    Viendo la cantidad de mentirosos que con curioso y pensado artificio suelen componerse.
    Y viendo el mal proceder de este mal gobierno, que más que querernos como padre, nos quiere destruir como padastro.
    Viendo a los gobernantes a cuyo honroso cargo les subió su buena suerte, más que sus merecimientos.
    Mientras preguntándome porque quiere y permite Dios, que tengamos siempre verdugos que nos castiguen…
     Mientras Sancho podía acabar…Gobernadores he visto por ahí, que á mi parecer no llegan a la suela de mi zapato, y con todo eso los llaman Señoría, y se sirven con plata. Mezclando los hideperro de continuo berzas con capachos.
     Que yo no estoy ya para ponerme en cuentas ni cuentos.
    Y acabo…porque no hay en la tierra, conforme a mi parecer, contento que se iguale a alcanzar la libertad perdida”.
Pocos minutos atrás, han quedado las televisivas noticias con el ministro filósofo leyendo el terrible parte de guerra diario, él, con “su celebro, de donde procede toda su mala ventura. Tan seco y amojamado  que no parece sino hecho de carne de momia.”
   Mientras puedo leer como José Cadalso, más cercano,  en sus “Cartas marruecas”, acaba por decirnos en unas gloriosas palabras llenas de esperanza…”las cosas por las que España ha pasado, es maravilla que aún tengan hierba los campos y agua sus fuentes”.
Que el buen Dios nos proteja a todos.
Luis Manuel Aranda
Médico Otorrino--Huesca

miércoles, 1 de abril de 2020

Mi amigo Emilio


Mi amigo Emilio

Ha tenido de todo, un gabán y un Magán, en cada oportuno momento, ya para soportar con el primero aquellas noches Toledanas de hace casi dos siglos, como para soñar con el mañana, lo segundo. Y, poco después, cuando ni sus amigos teníamos nada, hace también muchos años , le llegó el chivatazo de que el cielo podía estar lejos, en Majadahonda, casi donde Jesucristo había dado las tres voces. Sin pensárselo dos veces, y herido mortalmente por el segundo flechazo de su vida (del primero, la esquiva Mari, recordemos que casi muere)…decidió que allí iba a vivir en el mundo y por los restos. Y, ni corto ni perezoso, se construyó un “palomar”, desde donde todas las mañanas y al alba, ha podido mirar por encima del hombro al resto de los atormentados  vecinos de más allá de la Cuesta de las perdices.
Y allí ha vivido, hasta hace bien poco, en que aparecieron “cataratas” por su casa, debidas a que los palos del sombrajo se deterioraron un poco. Recompuesto el desastre, al volver al peculiar remedo de claustro materno, se ha encontrado con la visión de un mundo nuevo  y con una “nebulosa y doliente humanidad”, encerrada y engañada, crispada y al borde del ataque de nervios, de forma que recordando a aquél paciente que relata Gómez de la Serna  en su “El doctor Inverosímil”, está pensando en hacer lo que aquél mismo hizo…el volver a su médico a que le devuelva su enfermedad, porque si aquél, acostumbrado a vivir con ella y de ella, ahora, la echaba de menos porque su vida no tenía sentido, él, también, se encuentra de igual forma, muy contrariado por todo lo nuevo que está viendo.
Pero la familia, porque lo quiere y desea ahorrarle la auténtica visión panorámica de ese “Madrid con el cielo tan cercano” (según tan malévolamente alguien recuerda tan en exceso como con mal gusto por estos días), la familia ha decidido protegerlo bajándolo al primer piso. Que corren tiempos de conformar la felicidad con la visión sosegante de unos simples árboles, de olvidar y no mirar lo que pudiera estar cocinándose en lontananza.
No lo tomes como una bajada de nivel. Todo lo contrario, querido, imagino diciendo a su doña Aldonza, ante la impiadosa defenestración.
Tómatelo así, amigo, viendo lo relatado en tu video, porque tu verdadero nivel lo dan vuestras escenas de Navidad, rodeado de tu maravillosa familia, tan llena de Infanzones como de bizarras mujeres, capaces de vivir en tan armoniosa convivencia. Algo que para los desterrados y alejados tanto tiempo del calor familiar, constituye nuestra más profunda envidia. Que con “los parientes, ya se sabe…comer y beber, mientras nosotros, con los extraños…comprar y vender”, y de ahí, no pasar. Es la tristísima diferencia.
Emilio, “amigo rico (en imágenes y talante) e Infanzón…que no tiene comparación”. Y he hablado de cataratas , encarcelamientos y de una familia tan exportable como las naranjas, pero hay también en tu camino algo único, un yerno maravilloso ,casi tan silencioso y acostumbrado a resolver las ecuaciones de la vida como tú mismo, aunque el sustituya tus números por personas, colocando a cada uno de sus acaudalados clientes en el lugar preciso, en el mejor camino en que sus ostentosos coches puedan proporcionarles la mayor envidia ajena posible… la envidia capaz de producirles,  con su consabido y humano feed backs, el priapismo que ya ni kilo y medio de Viagra podría ocasionarles en cierta “parte bajera”, como decían por Sonseca.
Estamos en una edad difícil, amigo, en que un día sí y otro también nos puede sorprender con alguna desagradable sorpresa, pero miro para atrás y acabo, como me descuide, siempre con Jorge Manrique y su lamento… con aquello de que “cualquier tiempo pasado /fue mejor”, aunque a fuer de ser justo, también puedo quedar pensando en que nosotros y aunque nuestros hijos pudieran tenerlo olvidado o no lo sepan, somos casi la primera generación de españoles que se pudieron duchar todos los días con agua caliente.
Enhorabuena de nuevo por “tu documental”…el culpable de este parto de los montes, en esta tarde tan fría  como triste…con trescientos mil tigres aguardando en nuestras puertas.
Un abrazo y salud para todos vosotros, desde el Prepirineo . De vuestros amigos Teresa y Luis