CONSIDERACIONES SERVETISTAS
Constituyeron la esencia de su personalidad, de forma que su
parecer sobre todo lo humano y lo divino definieron y agigantaron la figura
por los siglos y siglos de nuestro paisano y querido Miguel Servet. Y opinar,
en aquél contexto histórico del siglo dieciséis , en que la sociedad civil
estaba enferma, sin peso alguno, con la Inquisición y sus mil delatores asomados a cada
esquina, casi como ahora, prestos a denunciar a quién se intentara fumar
aquello de que Dios era un Hombre con tres cabezas, un Trinitario Ser,
convendrán conmigo que suponía tener el coco o muy bien amueblado o muy
“volátil”, como dicen los de Ibieca. Era muy peligroso meterse en Trinidades,
amables lectores. Pero “Serveto”(apodo), era sin duda un hombre valiente y
genial, de conciencia libre, que supo poner la libertad en el frontispicio de
su vida como valor sustancial e innegociable .¡Y así le fue hasta su terrible
final, a manos de otra Inquisición que mataba como la nuestra, para mayor honra
y gloria de un Dios piadoso, perdonador, etc, etc.!...¡Dios mío, en la hora de
mi muerte, líbrame de un médico trabajador, dijo un sabio filósofo, y en los
días de la terrenal existencia, de un fanático pegado a nuestra vera, clama uno!
Yo ya conocía todo esto antes de llegar destinado a Huesca,
allá por el año 1.976, porque tanto R.J Sender
como Stefan Zweig en su”Castellio contra Calvino” me lo habían contado.
Lo mismo que me había presentado, Sender, a Félix de Azara, el que para la
mayor ciencia y conciencia de los vegetarianos descubrió, entre otras cosas, la
sensibilidad de las plantas y vegetales así como sus reacciones en presencia
del hombre. Y también me había hablado
con pasión de Cajal, Baltasar Gracián o Goya. Aragoneses muy satisfechos de sí
mismos por “estar adornados de una sinceridad directa y sin escrúpulos, y con
una tendencia natural a la generosidad”.
Pues bien, a pesar de mi antedicha vinculación emocional y
profesional con Servet, por aquello de
la circulación menor, he de confesar, con cierta culpa, que he vivido ajeno
hasta ahora al Instituto de Estudios Sijenenses Miguel Servet, a pasar de ser
casi “quintos “ en nuestra trayectoria vital; pues era el año 1.976 cuando
mientras él nacía en Villanueva, yo desembarcaba con mi familia y mis ilusiones de futuro en esta mi patria
de adopción, extrusado desde mi querida Andalucía. Caprichos de las
oposiciones.
Y aunque sus Capítulos Fundacionales me eran conocidos por
la prensa, aquello de que el recién nacido fuera mecido en los entonces brazos
de políticos importantes como Hipólito Gómez de las Roces o de Pablo Paños, entonces Gobernador
civil de Huesca, he de confesarles que me apartó de la idea de hacerme cofrade,
porque siempre he desconfiado de aquellas cosas
que pastoreadas por políticos, puedan llegar a ser tributarias de ordeño
o vendimia propios, llegado el caso.
Y en este divorcio
mental me encontraba hasta hace pocos días en que un amigo me invitó a asistir
a su asamblea anual, con un sencillo recurso dialéctico…”anímate, hombre, que verás
reunidos como nunca a la mayor cantidad
de intelectuales por metro cuadrado. Que hasta hay catedráticos y todo: las
profundas y auténticas fuerzas Vips de Aragón. A muchos “aristoi”, a los
mejores, a la base de la “aristocracia”, que diría el gran Platón. A personas
librepensantes que han decidido estar en comunión con la libertad de conciencia
y expresión de Servet, como antídoto contra cualquier poder y sus potenciales
abusos. Admiradores, sin duda, de aquello de que “para formular conjeturas válidas,
la mente debe hallarse libre de toda influencia extraña”…(del Discurso de la
astrología Servetiana.)
Pero habiendo visto lo que ví en dicha reunión, tanto al Sr.
Alcalde de Villanueva como al Director general de cultura de la DGA abduciendo al Instituto
bajo la férula de la subvención, viene todo lo anterior al cabo de mi reflexión
final, a mi pobre consideración de hombre libre, tan en la línea de otras
consideraciones más sublimes de nuestro amado Servet. ¿Pero como se puede
rehabilitar el espíritu de Servet haciéndolo complaciente y armonioso con el
poder de turno?. Un verdadero contradiós o una auténtica cuadratura intelectual
del círculo, sí señores. Y perdonen por adelantado mi caústico juicio de valor.
Sé que guardar el equilibrio necesario, en esta como en casi
todas las cosas de la vida, es muy difícil, cosa que hasta saben muy bien las
ballenas, que si se sumergen más tiempo del debido se ahogan, pero que si están
en la superficie largo tiempo también, pueden ser tiroteadas o molestadas por
los turistas. Así es que ante la ya mayoría de edad del Instituto, solo me
queda, si me lo permiten, el desear el estudio de la posible futura ruptura del
cordón umbilical con los poderes que tan encantados están de poder preñar con
subvenciones a la Cosa. Que es
ley de vida , ya lo saben, aquello de matar psicoanalítica y simbólicamente al
padre para poder crecer sin cortapisas. Porque en palabras del famoso Salmo, ya
me dirán…”Si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los
albañiles”.Dicho sea todo lo anterior con el cariño y respeto a la historia,
intenciones y fines de esa digna Institución, Y no duden en avisarme para
causar alta si se produjese mi anhelado cambio de timón.
Posdata…Estoy acabando estas letras, mientras oigo por la
radio que este Gobierno pretende restaurar la censura, ¿qué diría si fuese
cierto, nuestro “Serveto”, envuelto en medio de estos fríos, social y
meteorológicamente hablando, en tanta bufanda oficial?
Luis Manuel Aranda
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