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Los toros
LOS TOROS
Diario del Altoaragón
24-marzo-2.010
Cataluña, dice la
prensa, fue el pasado año la segunda peor economía regional, solo por detrás de
la nuestra, Aragón, con un decrecimiento real superior al cuatro por ciento.
Y estando así las
cosas,¿vdes. entenderían, valga la analogía, que si en cualquiera de nuestras
casas comenzasen a arder las cortinas, alguien en su sano juicio pudiese dejar
de apagarlas para salir hacía una soleada tarde de toros?.
Pues exactamente eso
es lo que , lamentablemente, estamos viendo que ocurre en el Parlamento
catalán. Es decir, mientras sus ciudadanos tienen que rendirse, llenos de
estupor, tanto a la evidencia de la pérdida de su poder adquisitivo como a la
ineptitud de los dirigentes de su tripartito, ellos, los políticos,en lugar de
preocuparse por imitar la sensatez del
pacto de sus correligionarios vascos, aprovechan para encerrarse y
amorcillarse, para ponerse contra las tablas, rodeados de cuántos
“bufones-asesores-intelectuales “hagan falta.
Y todo, por aprender
en patética academia, a razonar y a reflexionar, aunque sea apoyándose en
comparaciones terriblemente odiosas, cuando no lamentables, para arropar
ideológicamente su pretendida ignominia, su personalísimo intervencionismo
invasor.
Encerrona reflexiva
que, a mi parecer, no es más que una huida hacía adelante o una verdadera tinta
de calamar con la que ocultar la puñetera realidad social y económica de “su
pais”. Intentando hacernos creer con ello que tras sus sesudas deliberaciones
se esconde algo más que no sea puro y visceral odio hacía nuestros más sagrados
elementos culturales de unión y de sentimiento patrios: el idioma y los
símbolos.
Comenzaron por la
exclusión del toro de Osborne y ahora andan con lo que andan, con los toros de
verdad, aunque estén convencidos en el fondo de sus almas de que “lo que no pué
sé, no pué sé y, además es imposible”, que diría Rafael El Guerra.
Ya veremos, a este paso, como acaban, si Dios
y la próximas justicieras y sabias elecciones no los mandan adonde muchos
deseamos, a su casa, lejos ya del
santoral, o a Puerto Rico, como a Ibarretxe, el otro gran falsificador y
distorsionador social.
Y es que, siguiendo
las noticias de los pasados días en Cataluña, y reflexionando también sobre el
tema, como el Parlamento de marras, un servidor no podía por menos de recordar
a tanto y tanto personaje de uno y otro signo con los que ha crecido y
amueblado su cabeza. Parte de lo que recordando, recordando, quiero compartir
con Vdes., si me lo permiten.
Decía Pérez de Ayala:
“si yo fuese un dictador en España, prohibiría las corridas de toros, pero como
no lo soy, no me pierdo ni una”. Como hace Montilla, al parecer, cuando anda
por Baeza, vamos.
Y García Lorca: “el
toreo es la riqueza poética y vital mayor de España. Los toros son la fiesta
más culta que hay en el mundo.
Y Almodóvar: “el
español respeta mucho más el mundo de los toros que el de la religión. Si
tuviera que decidir, no beatificaría al inventor del Opus, sino a un torero”.
Y Tierno Galván: “el
torero sigue siendo mítico y cuando expresa la valentía, el pueblo se anardece
y los viejos entusiasmos reaparecen”.
Dichas sean entre
otras muchas lindezas, y para que vean que también se poner en la romana los
debidos y justos contrapesos de equilibrio, acabo por recordar la famosa greguería
de Gómez de la Serna…”los toros son un espectáculo tan bello como despiadado al
que el público acude a ver a un animal tan bueno como hostigado, luchar contra
dos docenas de fieras disfrazados de hombres”.
Una lúcida reflexión
que llegué a asumir como propia hace ya demasiados años, algunos después de
haber ido con frecuencia, aún adolescente, a la plaza de toros de Linares, como
acompañante de mi tío Víctor, veterinario de ella.
Pero fui creciendo,
madurando, y aunque decidí apartarme de las corridas, elegí ser médico para
evitar el sufrimiento y cuidar de la vida; no obstante, acabé por concluir y
Entender sobre todo
que el respeto a los demás, a su libertad, cultura y economía, debería de ser
el primer y último mandamiento de mi existencia, por encima de cualquier otro
dogma, de cualquiera trinidad ajena. Algo que como podemos comprobar todos los
días, está tan alejado del nacionalismo excluyente.
Me consuelo,
finalmente, con el futuro que, a lo tonto, a lo tonto, nos van a regalar. Que
hasta creo, y se lo digo en auténtica primicia, que los padres del futuro Gran
Escala, allá por la Franja de Ontiñena, ya andan diseñando una macroplaza de
toros más grande que la de Las Ventas para poder dar cobijo a todos los
toroadictos perseguidos por la vecina Inquisición regional:
Ya lo verán, con
Franco íbamos a Perpiñán a ver cine y ahora, Polonia entera acabará viniendo al
Reino de Oregón a ver toros. Vivir para ver. ¡Pobre Cataluña!.
Luis Manuel Aranda
Médico- Otorrino
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