Al Sr. Presidente de la DGA
Estimado Sr.
Lambán: Confieso que no lo conocía, pero cuando de la plaza electoral salió a
hombros del Sr. Echenique y los hombres de la Chunta, al verlo en la tv con su cara como de deán de la catedral de
Tarazona me cayó bien. Con su pose y hablares más propios de ella que de la
mediocridad política imperante. Así es que, me dije, con hombres así, de
consenso, puede que se esté acabando la lamentable guerra fría de nuestra joven
democracia, la división ideológica entre rojos y azules, tan pasada de moda.
Que no sólo parecía un hombre de Dios, sino adornado también con aquellas
virtudes que según Sun Tzu en su Arte de la guerra son necesarias en un
general…la de ser sereno, impenetrable, imparcial y dueño de sí. Me pareció ver
en Vd. a una persona precavida, llena de sentido común suficiente como para
protegernos de futuras contingencias.
Y ya vemos, apenas ha comenzado a andar y a falta de
dineros con los que comenzar a construir otras cosas, ni corto ni perezoso, se
ha puesto a recoger la limosna de la atención de los mass media con algo que no
estaba escrito entre sus promesas electorales. No se lo ocurre nada mejor que,
aparte de avisarnos de que subirán los impuestos, el comunicarnos que pretende
imponernos la fabla como idioma vehicular voluntario. Fomentando el hecho, sin
duda alguna, de que pertenecer a una especie social común pudiera ser más guay.
Y lo hace, sin pudor alguno, precisamente en esta madura sociedad aragonesa,
plena de respeto, sin conflictos y ajena por idiosincrasia a la imposición de
cualquier tipo de unilateralidad, de tema lingüístico alguno. Y más,
precisamente ahora, en que viendo lo visto con el desmadre identitario catalán,
todos estamos tan preocupados como sorprendidos mirando hacia atrás y preguntándonos de continuo como nadie se daba
cuenta de la deriva histórica acontecida por las cosas mal hechas y planteadas
desde su raíz. Mire Sr. Presidente que la historia da mil rodeos y las escopetas
de sobra sabemos que las carga el diablo. Que lo contrario del bien, dicen los
alemanes, no es el mal, sino las buenas intenciones que sirven para legitimar
demasiadas cosas.
Sr. Lambán, Voltaire, allá por el siglo XVIII,
escribía a una noble amiga española…”sí, lo sé, el vascuence es una lengua que
algunos pastores del norte de España utilizan para hablar con sus vacas”. Pura
causticidad, tan típica de él, pero definitoria sin duda de su realidad en
aquél entonces. Y ya ve, comenzó después la Revolución Francesa y aunque su
legado de Fraternidad, Igualdad y Solidaridad prendió en las raíces del
Socialismo posterior, también anidó en el alma colectiva, por el contrario y
lamentablemente, la idea de que solo
fomentando la identidad podría darse el primer paso hacia la emancipación, y
por eso ahora estamos como estamos.
Porque sé todo esto, me ha dejado estupefacto, Sr.
Presidente. ¿Pero cómo quiere o pretende hacer compatibles sus ideales
ideológicos herederos de aquella revolución con el peaje que pretende pagar a
sus socios nacionalistas y de izquierda más izquierdosa?
Lo hemos oído de boca de su Consejera… porque lo
habla el 4’08 de la población no se va a imponer como obligatoria. Faltaría
más. Y lo hará como idioma vehicular. El gran eufemismo que enmascara lo
realmente futurible, desconocedora ella de que cuando los problemas sociales se
vuelven identitarios ya no hay solución
de vuelta atrás.
De sobra debería de saberlo un hombre de su perfil,
filósofo de Egea, del Aragón profundo…”la síntesis de todas las Españas”, como
alguien más sabio que Vd. y un servidor tiene dicho .
Con su fabla, su lanzado globo sonda, créame que a
los aragoneses de adopción nos ha dejado preocupados. Los que decidimos serlo
hace ya casi cuarenta años en esta tierra de respeto y de anarquistas famosos,
tierra para vivir y dejar vivir, como mi querida y cada día más añorada
Andalucía; tierra tan capaz de reírse de las estupideces de sus vecinos
catalanes como de caer en la cuenta de la pobre realidad democrática en que
vive. Sí, porque como votantes, con cosas como su genialidad, constatamos lo
vulnerables y angustiados que quedamos, viendo nuestra incapacidad para tomar
decisiones que ya se encargan de tomar por nosotros todos ustedes. Algo que en
la sabia y respetuosa Suiza, por ej. jamás llega a ocurrir, porque se han dado
desde la Edad Media todo tipo de Referendun, para que cualquier tema debatible
como su locura, pueda ponerse a votación entre todos sus ciudadanos.
Para terminar, Sr. Lambán, los médicos sabemos que
es mucho más barato prevenir que curar. Algo tan aplicable a la medicina como a
la política. Que se comienza a no ir a misa los domingos y se acaba asesinando
en día de fiesta, como decía un pobre curica de mi pueblo. Y sabemos también,
en este orden de cosas, cómo vivimos en un mundo lleno de peligrosos efectos
secundarios que nos están llevando a tanta y tanta desafección política por su toma de decisiones tan ajenas a la
realidad imperante… por inventar demasiadas cosas que la mayoría social no les
ha pedido. Por mover lo que estaba bien y no necesitaba de mayor zarandeo.
Hegel, su apreciado filósofo, decía aquello de que
las funciones de la crítica filosófica era desconcertar al sentido común…decir
lo que no se puede decir. Venga, hombre, gástese las pocas perras preparadas
para llevar vehiculizado al CHESO, al CHAPURREAO de Matarraña o al PATUÉ de
Benasque, en una campaña, por ej, mucho más necesaria y rentable, como la lucha
contra la obesidad, la peor amenaza para la salud pública de los tiempos
modernos. Mire que si no lo hace, al final de los finases, como dicen por mi
tierra, acabará desarrollándose el sindicato de la fabla y acabará por imponérsenos
como obligatoria. Tiempo al tiempo.
Todos Vdes, los políticos deberían de andarse con
pies de plomo cuando se meten en el jardín de los temas de lengua o religión,
tan adictivos como excluyentes. Que la lengua, ya lo estamos viendo más allá de
la frontera, de la Franja, acaba produciendo o imitando síntomas presicóticos o
psicóticos . Le acabo aconsejando la medicina preventiva, tómelo en serio,
hombre. Consejo de médico leído.
Atentamente.
Luis Manuel Aranda
Médico-- Otorrino
1 comentario:
Es cierto que los socialistas no han inventado la fabla, la inventó el vasco Francho Nagore cogiendo dos variantes dialectales que dejaron de hablarse hace 5 siglos, y uniendo esas variantes con los cuatro vocablos del tonto de cada pueblo, luego se pone con "v" lo que en español se escribe con "b" y se pone "z" donde el español se escribe con "c", y ya tenemos la estupidez montada. Los socialistas nunca han inventado nada, pera dales una estupidez y la hacen suya a toda prisa.
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