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AL PRESIDENTE DE LA SEORL( Sociedad Española de ORL). Fué enviada en 2.013...y causó casi quinientas bajas entre los socios
CARTA ABIERTA AL DR. GIL-CARCEDO
PRESIDENTE DE LA SEORL
Estimado Presidente:
Diría que es la tuya la segunda felicitación navideña recibida por todos
nosotros en muchos años. La primera, casi tan perturbadora como ella, fue el
año pasado, y en aquél entonces, como ahora, inspiró mi anterior carta abierta
a todos los socios de la SEORL.
Han sido felicitaciones de circunstancias, de auténtico sabor agridulce.
Trufadas de noticias amargas, y sin duda alguna, más propias de épocas de
penitencia, de Semana Santa. Pero hombre, ¿a qué sensibilidad has apelado para
mezclar churras con merinas en tu correo de Nochebuena? ¿Acaso no podía haber
habido un antes y un después navideño para el desahogo? Ya ves lo fácil que
resulta, yo te respondo ahora, pasados Reyes, aunque me haya costado morderme
la lengua unos días.
Lo tuyo, y lo de la Junta anterior, lo de incomodarnos en fechas tan
respetables, para enfrentarnos a nuestra jodida, con perdón, realidad
societaria, se define por si sola ¿Pero, se nos ha ido la olla definitivamente?
Cuestión, sencillamente, de formas más humanas.
Mira, hubiera dicho todo lo que sigue en el Congreso de Oviedo, pero quiso Dios
que el nacimiento de mi nieta Carmen, por aquellos precisos días, me liberase
del tormento. Sí, porque pensaba haberos dicho en nuestra Asamblea anual lo que
ahora estoy diciendo; lo que ya en mi carta del enero anterior, como indignado
socio, decía a la junta anterior. Algo equivalente a lo que el sabio Diógenes
dijo en su momento al gran Alejandro Magno... ¡que se apartasen(los
responsables del desaguisado, se entiende), que no nos siguieran quitando el
sol!, antes de que algunos tuviésemos la tentación de iniciar alguna acción
civil contra su temeraria y ruinosa gestión.
Además, hubiera llevado al ánimo de la Asamblea la petición de un informe o
peritación jurídico-económica independiente de algún prestigioso gabinete de lo
mercantil, sobre las actividades y actuaciones que nos habían llevado a la
quiebra.
Por añadidura, también les hubiera preguntado qué sentido había tenido el tomar
riesgos tan inaceptables para la Sociedad; como, por ej., la opción de compra
en el corto plazo mediante un leasing de locura, mientras se pensaba, posiblemente, en el cuento de la lechera de
nuestra infancia.
Y habría pedido, por demás, la primera acta, en la que la Asamblea
autorizaba, y ponía los límites del endeudamiento posible; así como la fecha de
dicho documento, para estudiar si era coincidente con la posterior compra.
Pero como decía, no pude asistir, y ahora tú intentas echar balones fuera,
diciéndonos que… ¡bueno, que pelillos a la mar!, mientras pones a la crisis
general como culpable del dolo, de todas las decisiones tomadas. Pero, ¿cómo
tu, hombre prudente como yo mismo y tantos de nosotros, que hemos construido
nuestras vidas “sobre la roca y no sobre arenas movedizas”, según el mandato
evangélico, nos dices eso?, en lugar de haber comenzado tu felicitación
diciéndonos algo consolador al menos ¡qué se yo! Algo, como por ej. Que sabías
de buena tinta que tanto la antepenúltima Junta, como parte de la anterior, los
señores de la “Comisión Delegada para el naufragio”, responsables de todo, y
como S. Agustín hizo, una vez caído del
caballo, nos iban a felicitar pidiéndonos perdón, con un acto de auténtico
arrepentimiento por su alocada vida anterior.
Pero ya ves, al contrario de lo que en el Medievo pasara, por analogía, ahora,
tras la vida frívola, ni siquiera ha aparecido, que yo sepa, arrepentimiento
alguno, y sin embargo sí, parecidamente, el final expiatorio hacia los Santos
Lugares...o a nuestra vieja sede del Gral. Pardiñas ¡Qué papelón, Sr. Presidente., o "la
risa", que dicen por aquí, por Aragón!
Así es que como reflexiono y veo que no ha
habido disculpa alguna ,a la vez que pienso que tanto todos nuestros pagos y
derramas, como todo nuestro prestigio social anterior "a la cosa",
tienen un peso infinitamente superior a tu pobre contento actual, permíteme que
no actúe como los restantes cien compañeros-socios que hartos de soportar tanto
contradiós han preferido causar baja por la puerta de atrás, con total
discreción, sin tan siquiera hacer el mínimo ruido que esta humilde carta
pretende.
Intentas desdramatizar la situación, tras tomar las riendas de nuestra caótica
SEORL, sin que antes se nos hubiese rendido justicia a todos los socios ¿Por
qué nosotros habíamos de ser diferentes, cuando diariamente podemos ver como
los responsables de Acciones Preferentes o de Bankia, por hechos cercanos, por
conductas tan gravemente negligentes, se tienen que sentar diariamente en el
banquillo? Así es que, muchos de nosotros, viendo como se enfrentan los
problemas fuera, en otros ámbitos, a día de hoy, tenemos la percepción de que
la herida se ha cerrado en falso. Y, ya sabes, lo que no se cura bien, se
pudre, y acaba dando mal olor a la vida, no lo olvides.
Presidente, nos dices que has pretendido
jugar bien con las malas cartas que os habían dejado; explosivas, sin duda, por
haber sido confeccionadas con auténtica pólvora del Rey. Mira, uno, en su
ingenuidad, hasta todo "nuestro mal rollo", creía que el sistema del
derecho, como el de la vida, era un sistema de reciprocidades, y ser Presidente
de algo, entendía por tanto que es tanto prestigio, como responsabilidad civil
ante el daño causado, ante todo lo mal hecho. Pero ahora tú, como Presidente de
un auténtico gabinete de crisis, ni siquiera nos has pedido el consabido
"sangre, sudor y lágrimas", sino que lleno de buenismo, te
manifiestas hasta contento porque vas a entregar la nueva sede sin haber hecho
ninguna exigencia de responsabilidades previas.
Has hecho, en suma, y si me permites la comparación, como alguien hizo en su
época, con las obras de Aberrees o de Galileo...mandarlas sencillamente a la hoguera.
No te quepa duda, nos has escrito la felicitación mojando tu pluma en la sangre
de un desastre ¿no te parece?
En resumen, para acabar y con
perdón por la crueldad. Si parte de las dos juntas anteriores nos han gobernado
como Julián el de la Pantoja gobernaba Marbella, tú, ahora, no deberías de
quitar hierro a todo este lamentable drama de la SEORL.
No estamos en la calle, volvemos a
la antigua sede.
Es "la gran noticia", dice
el Sr. Secretario, para devolvernos el ánimo.
No, Dr. Arístegui, la SEORL ya no puede devolvernos nada, sino la certeza
de que la rimbombante Comisión Delegada ha sido una auténtica merienda de
negros. Sí, sí, "porque nos enamoraron con palabras y nos desengañaron con
sus hechos". No olvides, además, si me lo permites, aquello otro tan
quijotesco como lo anterior, de que "la alabanza propia envilece". Y
como a uno, aún más que la propia ciencia por llegar, lo que realmente le
importa a estas alturas de su vida es el que no le perturben por tercera vez su
próxima Navidad, pues eso...DÁME DESDE HOY DE BAJA en mi, antaño, querida SEORL.
Atentamente. Recibe un cordial saludo
Y PARA VOSOTROS, LOS QUERIDOS Y
SUFRIDOS SOCIOS DE LA SEORL…
Postdata: Ya pensé en solicitar mi baja el pasado enero, tras recibir una
innombrable o "peculiar" respuesta a mi primera carta abierta; en
términos de linchamiento, por parte de LA COMISIÓN, así, sin firma alguna. Fue
debidamente contestada. Y como constituye una auténtica reliquia inquisitorial
que queda para nuestra más reciente historia, tanto una como otra, están a
disposición del que lo solicite. No lo hice, lo de la baja, a petición expresa
de algún compañero-amigo, pero todo tiene un límite.
¡Que el buen Dios y administradores
más sagaces os ayuden en el futuro! Que un servidor, apelando y abusando de
nuevo del sabio Quiote, si me lo perdonáis, una vez más, “desnudo nací (comencé
a ejercer), y desnudo me hallo (me jubilo): ni pierdo ni gano”.
Feliz año a todos.
Luis Manuel Aranda
Socio nº 66
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