miércoles, 10 de febrero de 2016

Mis "diferencias" de antaño con la SEORL(Sociedad Española de Otorrino)



Por la carta posterior, de crítica a la gestión de la Junta directiva, fuí contestado por una "anónima Comisión" nombrada al efecto. Intentó lincharme en una pobre e inquisitorial respuesta que fué contestada con lo que sigue...

RESPUESTA, YA SIN GRIPE, A LA “COMISIÓN” DELEGADA DE LA SEORL

Muy Sres. míos:
Siento este comercial y chusco comienzo, pero desconozco sus nombres, la cara de los de “La Comisión”, la de los no abajo firmantes. Jesús, Jesús, ¡qué nivel!, no podía dejar de recordar, mientras les leía, lo que le pasó al pobre Miguel Servet, salvando todas las distancias que quieran, con Calvino por meterse en “Trinidades”, cuando aún no había un derecho de opinión consolidado.
El lunes pasado lamenté que mi contestación a su e-mail, no fuese más explícito, pero la gripe tiene sus caprichos. Permítanme que lo haga hoy, recuperado casi del todo.
Pero hombres ¿quién les ha gafado para que sigan Vds. tan empeñados en seguir metiendo la pata, equivocándose? ¡Pero que contumacia en la administración de los euros y el honor ajenos! Primero en el lamentable diseño inicial del plan de inversiones, luego en la expulsión precipitada y mal aconsejada de la Dra. De la Mota y, ahora (en grado muchísimo menor, obviamente), en culpabilizarme de una ignorancia laxa y anexa a mi baja participación en los asuntos de gobierno.
¿Pero cómo se nos iba a ocurrir pedir documentación real económica si desde siempre, sin mandarnos jamás un estado de cuentas previo a nuestras Asambleas, se nos hacía creer en ellas que vivíamos casi en una Arcadia feliz? ¿Quién les ha informado tan mal sobre mi dejadez? ¿Acaso no me han visto por ahí como vocal de la Asociación Profesional desde mayo del 2010? Y si Vds. son de los que no se han perdido una Asamblea, ¿acaso no recuerdan que en dos de ellas entre otras, bajo el Dr. Algaba y otra vez en Tarragona, un servidor, se levantaba en el turno final de ruegos y preguntas a lamentarse de que la SEORL había dejado a la ORL privada a los pies de los caballos y que desde el año 2001 en que se había aprobado nuestra Asociación Profesional, esta era solamente papel mojado y había nacido muerta?¿Acaso no recuerdan el aplauso con el que sus sesenta asistentes me obsequiaron? Los sesenta-cien asistentes incondicionales. Porque saben, tan bien como yo, que el resto de la Sociedad habitualmente está divorciada en nuestras Asambleas anuales de los temas directivos. Ya, en una ocasión, pregunté a la Mesa si ellos, a su vez, no se lo habían preguntado lo mismo que yo, siquiera una vez en sus vidas, aunque solo fuese por pura, dura  y elemental autocrítica constructiva… ¿No lo recuerdan, muy Sres. míos?
Y me hablan Vds. ahora que en Valencia había cuatrocientos socios, ¿llega al 20% de la Sociedad? ¿De verdad que piensan que si en lugar de haber hecho la “catártica Asamblea” incardinada en la Anual Ordinaria se hubiese efectuado una monográfica y extraordinaria en julio de 2010 bajo el lema “ESTAMOS ARRUINADOS”, por ej., como me adelantó el Sr. Secretario en mi reunión con él en mayo, para echar a andar de una maldita vez la Asociación Profesional, la asistencia no hubiera sido más masiva? Luego, no lo hicieron así, pensando ante la gravedad del problema que todas las cautelas deberían ser pocas, por lo que la sustituyeron por una reunión íntima y privada previa entre todos los expresidentes posibles para diseñar el más idóneo plan de acción futuro, tal vez el menos lesivo para todos nosotros, pero fundamentalmente para alguno de Vds., ¿verdad?
A Valencia ni pude ni quise asistir, pero un socio que si lo hizo me envía “la perla” a mi e-mail, que les adjunto. De ella, salió indudablemente el VºBº a su continuidad ¿Pues qué otra cosa podía haber ocurrido, estando los tiempos como están, con las farmacéuticas, su colaboración en congresos y toda nuestra pobre economía en plena recesión? ¿Acaso alguien hubiera querido heredar la dirección de una casa en llamas? No olviden ni por un momento lo obvio, lo que debió de pensar la mayoría de los asistentes: “el que rompe paga”, que dicen en mi pueblo, y perdón por la maldad.
Y de las posibles filias o fobias acerca de algún miembro de la Juntas anteriores culpables de la situación, como comprenderán, no hay nada de nada en lo personal. Me he permitido criticar su función, evidentemente porque uno, en la SEORL nunca ha tenido amigos, solo ha tenido intereses, los que hoy andan tan trastocados. En mi carta solo exponía que no me gustaba el que una exgerente ya estuviese expulsada y juzgada y que otros responsables de no haber vigilado nuestro asuntos, (algo incluido en nuestro Código Civil, no lo olviden), cosa que hicieron según propia confesión, anduviesen incluso ascendidos a Presidente y Secretario, ¿Tan difícil es entender todo esto?
Me han invitado en su indignado correo que le pregunte a la Dra. De la Mota sobre visas y demás temas, sepan que me ha contestado y guardo en mi poder su respuesta por si procediera usarla en algún momento, al igual que hacen Vds. con mi carta. Un servidor va a conservar sus epístolas y cualquier información relacionada con ellas como oro en paño.
Ya que han decidido no declararme anatema por proceder de forma tan libre, desusada y “que de tanto estupor les ha llenado”, yo también, de momento, voy a permanecer en la SEORL, con una excepción y un ruego: que le pidan al Dr. López- Cortijo que me excluya de la antedicha Asociación Profesional. Yo ya estaba tan estupefacto y desconcertado como Vds. mismos, al ver que después de dar y dar la vara para echarla a andar, a toro pasado, se me comunicaba, no hace mucho, que había habido una reunión junto a la Sociedad Madrileña y conmigo no se había contado para nada. Ya ven, somos una Sociedad llena de gente “confundida y estupefacta”, desde el más alto hasta un servidor, ante tanto desencuentro mutuo, por estas y otras mil cosas que les iría contando, como parte de la opinión de muchos de los socios que han tenido la amabilidad de contestarme en solidaridad a mi salida a la palestra pública y que llegado al caso serán debidamente publicadas, para que puedan comprobar y entender que no estoy tan solo como se imaginan o desearan.
Finalmente, cuando escribí mi carta abierta a los socios, lo hice, sin duda alguna, influenciado por una máxima reciente que había leído a Kant: “Debemos asumir la responsabilidad moral sobre nuestras acciones, por mucho que puedan estar influenciadas por fuerzas externas” ¡Qué cosas tenía este señor!
Atentamente.


Luis Manuel Aranda
Socio nº 66

CORREO ADJUNTO DE UN COLEGA

Estimado Luis:
Yo estuve presente en la Asamblea General de Valencia y, desde luego, no se habló nada de perdón. Se ratificó a la junta directiva, basándonos en unas informaciones, que nos dieron, que no eran del todo correctas. Se habló de lo de María de la Mota, pero no se dijo que las faltas habían prescrito, ni que nadie la había vigilado. Se pintó a los anteriores gestores de la SEORL como víctimas de un engaño, y no como ineptos y negligentes que no controlaron las cuentas.
Si, se ratificó a la junta directiva, pero no se renunció a pedir responsabilidades a la anterior.
Según el Art. 11, los socios pueden proponer temas a la asamblea general para su conocimiento y resolución. Creo que se debería realizar un escrito proponiendo que la comisión deontológica depure responsabilidades o, por lo menos, emita un informe.
Y desde luego, que los miembros de la Junta directiva de la SEORL de los años 2007 al 2010 (que es cuando esta mujer metió la mano en la caja) devuelvan, como mínimo, sus medallas y distinciones. Y, en función de los resultados de la investigación de la comisión deontológica, la Asamblea decida sobre su permanencia en la SEORL o su expulsión.













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