COMPLEJO
JOSÉ FERNÁNDEZ HEREDERO
Visitar
diariamente esta web de nuestro querido Pepe confieso que es como mi
ansiolítico, mi antídoto natural contra la melancolía del destierro, aunque en días
como este, trayéndome el pasado, no haya hecho sino inquietarme y obligado a
repasar la memoria, tras encontrar a nuestros políticos poniendo una medalla en
el pecho de la historia de nuestra familia, mientras ellos, aprovechando que el
Guadalimar pasar por Sabiote y sin pudor, no han tenido inconveniente alguno en
poner sus nombres en el mismo tamaño y altura de la lápida inaugural del Parque
dedicado al tio Pepe, tras haber cedido terrenos e idea sus queridos hijos “Loly
y Antoñito”, q.e.p.d.
Los he visto
a ellos, Sr. Presidente de la Diputación y Sr. Alcalde inaugurando de forma
colegiada La Cosa ( del latín Causa, lo que merece defenderse), así , como les
digo, hablando de tú a tú a nuestros seres queridos y sin tan siquiera bocetar
una mínima referencia ni panegírico al homenajeado. Ay, la Tv, la eterna
sobrerepresentación y la metadona política., qué hartura! Así es que he de
confesarles que tras ver el reportaje me he quedado como atragantado, casi como
cuando la abuela Pepa, la hermana del homenajeado tio Pepe, allá en su cercana
casa a la fábrica de harinas, me hacía tomar a la fuerza aquél horrible aceite
de hígado de bacalao. Sí, atragantado literalmente, al verlos pasar como de
puntillas sobre la inmensa generosidad de él y los suyos hacía nuestro querido
pueblo y que aunque saborearon el celestial regalo de saber lo que es una
herencia, no han dudado en saber transmitirla, sin codiciarla en lo más mínimo.
¿Acaso
desconocen nuestros políticos que el hablar bien de la generosidad ajena no
concede automáticamente también sino generosidad
y nobleza?. Por otra parte y más a más, como diría un catalán, su memoria han
pretendido como enmascararla, intentando ocultarla bajo el burka de la fraseología imperante, de algo tan políticamente
tan correcto como “Parque de la Igualdad”, de aviesa intención, sin duda, algo
así como la pretensión política de su perdurabilidad en el tiempo, más allá de
cualquier recuerdo nominativamente generoso .
Viéndolos
ponerse por encima de la grandeza del acto, he sentido lo mismo que suelo
sentir cuando algún paciente, del que conozco su posible padecimiento y
gravedad, intenta estrecharme la mano como si quisiera machacarme todos los
dedos. Ellos, los políticos hábiles, capaces de saltar sobre cualquier caballo al galope en busca de
aplausos, en vez de quedarse quietecitos viendo montar a los demás, como
mandaría el sentido común y el más elemental buen gusto ; aunque pueda producir
mucha ternura, bien es verdad, verlos felices poniendo sus nombres en una “lápida”,
mientras sus camaradas de Madrid intentan compadrear con el Independentismo de
todas nuestras preocupaciones.
Querido tío
Pepe: permíteme estos recuerdos por Navidad, después de no haber sabido nada de
ti, después de más de sesenta años. De no haberte dicho nunca en su día lo
mucho que te quería, tanto por lo que llegaste a suponer para mí como para mis
padres. Eras para mí, puedes creértelo, como el abuelo Luis, el que nunca
llegué a disfrutar por culpa de la jodida política. Resucitándote y dedicándote
el nuevo Parque infantil, según nos cuenta tv La Loma, el ayuntamiento sólo nos
ha manifestado el que seres como tú, nunca deberían de habernos abandonado
jamás. De tu padre, el bisabuelo Ricardo, un esforzado cántabro de Selaya,del
valle del Pas, que fue capaz de traer la luz a Sabiote y otras lindezas,
heredaste los bienes suficientes no sólo para los tuyos, sino para dar cobijo a
los míos. De tu fábrica de harinas, por ejemplo, mi querido y esforzado padre fue
jefe molinero y recuerdo como siempre supo estar a la altura de tu cariño.
Visita obligada era a tu casa, todos los domingos al salir de misa, porque si
la misa buscaba trascender nuestra alama, luego, ver a la tia Dolores en su
patio/oasis ,criando pollitos o pavos, entre paredes tapizadas de enredaderas y
de refrescante toldo, acababa de reconciliarnos con el mundo y nos hacía creer
que gracias a tener familiares como vosotros, ya no nos faltaba nada sobre la
tierra.
Lo sé, tío
Pepe, tía Dolores y entrañables “prima Loli y primo Antoñito”. q.e.p.d. alguno.
el pasado de cualquier ser humano se convierte en un fantasma, pero haciendo el
esfuerzo por recordar, nosotros también nos hacemos más grandes. Y sé también,
como refiere Manuel Vilas en su “Alegría” que si no traes a tus muertos al
presente, pueden morir un poco más.
Hace frío en
este Pirineo aragonés, en este invernal domingo. Es muy buena tarde, por tanto,
para la saudade y el recuerdo, aunque sé de antemano, también, que acabaré
mucho más triste de lo que estoy.
Te recuerdo,
tío Pepe, para quién no te conozca, como
un ser excepcional, elegante, con tu eterna, ancha y taimada sonrisa y con la
Bimba siempre al lado, aquella perra de agua negra siempre presta a saltar
sobre cualquier niño o sobre lo que le pidieras. La adorada Bimba. Al
despedirme de ti, siempre antes de volver tras las vacaciones al internado
escolapio de Getafe, recuerdo como siempre se sucedian dos gratificantes e
inolvidables cosas: el que me dabas cinco durillos y decías aquello de…”aletéa,
aletéa, que poco te quéa!!!”. Lo recuerdas, allá donde estés?. Ya ves como sigues
viviendo en mí. Qué paradojas tiene la vida, los médicos no paramos de rellenar
certificados de defunción, pero ahora, los políticos, los cansinos políticos,
ya lo ves, con tal de salir en la Tv son capaces de resucitar a cualquiera. Tu placentera
resurrección, tío Pepe, entre juegos de niños y verde césped, aunque sea
artificial. Seguro que allí vas a encontrar la calma final. Te prometo parar
siempre allí en mis próximas visitas, y frente a la placa Conmemorativa, en la
que como te decía, ha podido faltar la sensibilidad y delicadeza suficiente
para dedicarle a tu propio nombre el doble de empaque que el de los efímeros políticos
de tu vera.
Y , para
acabar, El “Complejo” del enunciado, aparte de la acepción sustantiva, como
conjunto de edificios agrupados, tiene una segunda acepción adjetivada, la de
algo complicado o difícil. Con ella me quedo, dicho lo anteriormente dicho y tras
comprobar como no había nadie de la familia, próxima o lejana, en lo que debía
de haber constituido un acto más sobresaliente, entrañable y humanizado…seguro
que solo así,“el querido primo Antoñito” se hubiera encontrado mucho más
entendido y correspondido.
Feliz año nuevo
a todos los Sabioteños de buena voluntad.
Un abrazo
desde esta tan lejana como fría Huesca.
Luis Manuel
Aranda
Médico
Otorrino
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