BASTARDA PAZ
Continuamos indignados, como no. Por tanto y tanto motivo, porque cada
día nos asalta más la evidencia de que
el mundo nos conduce hacia derroteros imprevisibles, hacia situaciones que por
su incomprensibilidad, su ininteligibilidad social, pueden hacernos sentir
mucho más cómodos al lado de nuestro perro que contemplando cualquier
excrecencia humana posible . Cosa que a nivel televisivo, por ej., nos lleva a
acabar viendo siempre la DOS, con sus hienas y salmones, hartitos ya de
zapinear intentando buscar algo que nos indique que el hombre racional y
evolutivo no ha dejado de existir entre los hombres. Tal es el desconcierto
ante tanta neobasura moderna, totalmente impensada e inexistente en nuestra
vida anterior. Acaba uno recordando, en suma, la máxima de las Memorias de
Azaña, escrita en mayo de 1.933…
“EL SENTIDO COMÚN ESTÁ PEOR REPARTIDO QUE LA RIQUEZA, Y NO HAY
RESOLUCIÓN CAPAZ DE SOCIALIZARLO”.
Pues bien, por si no teníamos
bastante con toda la “grillería” política que diariamente nos asfixia, ahora,
los radicales vascos, los padres e hijos de “la calle barroca” esa o como se
llame, esos, los acostumbrados a estar en continuado celo nacionalista
delirante, en continuada berrea y pataleta social, pero con más habilidad y
entendimiento para la guerrilla que el común de los mortales, se acaban de montar su peculiar circo del sol mediático,
mientras otros, tanto los mas media como algunos políticos, con el arrobamiento
debido, los han escuchado como extasiados. Entregados y engañados por estas
indeseables gentes capaces, ya sabemos, de las mayores barbaridades. Y es así,
porque indudablemente les proveen de ideas , de argumentos y material para ir
tirando, para llenar páginas y darle al enriquecedor y cómodo “tertulieo”,
mientras nos intentan distraer todos, da
la impresión, de la auténtica primera preocupación preelectoral por hoy y para
muchos de nosotros,...la de no olvidar ni un momento que el próximo día veinte
de noviembre hemos de echar a nuestros
malos gestores actuales. Entregados y engañados ellos, en definitiva, por
gentes indeseables capaces ya sabemos de qué.
Y es que, ahora, los “administradores de las vidas y haciendas
vascas”, los pistoleros vascos, han dicho que no nos van a matar. Como si la
calidad de vida procediera solamente de la ausencia de muerte. ¿Es que acaso no
pasa por una convivencia armoniosa y amable entre todos? ¿Acaso no implica la
ausencia de odio y de mutuo respeto?.
A estas alturas, ¿alguien puede creer que estos totalitarios, ya sin
cuchillos en las manos, no van a seguir exigiendo sus bases políticas, cada vez
más onerosas y exigentes, instalados ya en el poder y con sus arcas repletas de
“leucocitos” públicos?
Ya lo iremos viendo bien pronto. Se irán imponiendo por las amenazas,
ya sin terror. Harán propaganda y amedrentarán hasta mejorar su situación
política y autoconcederse una amnistía. Tiempo al tiempo. Pienso en todo ello,
que ojalá no ocurra nunca, mientras intento olvidar las lágrimas de cocodrilos
cínicos de algunos políticos que primero han hecho todo lo posible por
concederles el poder político y ahora derramando lágrimas de dolor, supongo,
quieren hacernos ver que “sus” expectativas van a coincidir, necesariamente,
con las necesidades y deseos de todos los españoles, victimas o no. ¡Pero que
alejados están, a mi entender, de todos nosotros.! Lloriqueantes, como
finalistas frívolos de cualquier Operación Triunfo. Ellos, a los que nunca
antes habíamos visto llorar en años y años de centenares de desgarradoras
tragedias y entierros mil.
Luis Manuel Aranda
Médico- Otorrino
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